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sábado, 7 de octubre de 2017

Otro escándalo financiero sacude al Vaticano

Por Jacky

A unos meses de que el exauditor del Vaticano, Libero Milone dimitiera de su cargo, acusó a la gendarmería y al sustituto de la Secretaría de Estado de haberlo obligado a entregar su dimisión. Por su parte, el Vaticano emitió un comunicado la pasado semana señalando que Milone espiaba la vida privada de altos cargos de la Santa Sede. La crisis llega cuando el departamento está desestructurado tras su marcha y la de su superior, el cardenal George Pell, acusado de abusos a menores. Las acusaciones de lavado de capitales han envuelto durante años las finanzas vaticanas y Milone debía ser estricto y aplicar mano dura. Sin embargo, a solo dos años de ser nombrado presentó su renuncia, supuestamente de común acuerdo.

En esta ocasión, la atención de los medios se cierne sobre las finanzas de la Santa Sede pues, a unos meses de que el exauditor del Vaticano, Libero Milone, dimitiera de su cargo, acusó a la gendarmería y al sustituto de la Secretaría de Estado de haberlo obligado a entregar su dimisión para encubrir, supuestamente, el resultado de sus pesquisas.

En respuesta a estas declaraciones, el Vaticano emitió un comunicado la pasada semana señalando que Milone espiaba la vida privada de altos cargos de la Santa Sede. La crisis llega cuando el departamento está desestructurado tras su marcha y la de su superior, el cardenal George Pell, acusado de abusos a menores.

En entrevista con Il Corriere della Sera, en el despacho de sus abogados, Libero Milone, aseguró que fue obligado a firmar la carta de despido acusado falsamente de haber desviado fondos del Vaticano.

El auditor, de 69 años, expresidente de Deloitte Italia, fue nombrado por su Santidad el papa Francisco en mayo de 2015 y se le encargó aumentar la transparencia de las cuentas del Vaticano y ponerlas al día. Las acusaciones de lavado de capitales han envuelto durante años las finanzas vaticanas y Milone debía ser estricto y aplicar mano dura. Sin embargo, a solo dos años de ser nombrado presentó su renuncia, supuestamente de común acuerdo.

Según la versión de Milone, el 19 de junio fue llamado por Giovanni Angelo Becciu, el sustituto en la Secretaría de Estado vaticana, para comunicarle que la relación de confianza con el Papa se había mermado y que este había pedido su dimisión.

Posteriormente, al dirigirse al jefe de la gendarmería, Giandomenico Giani, señaló que este se comportó de forma agresiva para hacer que confesase delitos que, según él, no había cometido. El delito era el desvío de 25 mil euros destinados a limpiar su oficina de posibles dispositivos de espionaje y haber buscado de manera impropia informaciones sobre exponentes vaticanos, actividades por las que estaba siendo investigado desde hacía 7 meses, incluso le mostraron una grabación con su voz, añadiendo que no dimitió voluntariamente sino que lo amenazaron con detenerlo.

Tras ese encuentro, el exauditor comentó que gendarmes y bomberos del Vaticano entraron a su oficina para forzar los armarios del personal que no estaba presente y tomar documentación confidencial. Después trató de contactar con el papa Francisco pero asegura que no recibió respuesta, pues según él, no querían que le hiciera saber algunas cosas que había visto, añadiendo que solo quería hacer algo bueno para la Iglesia, reformarla como le habían pedido y que no se lo han permitido.

Por su parte, Giovanni Angelo Becciu, el sustituto en la Secretaría de Estado, ha contestado a través de Reuters, que este transgredió todas las normas y espió la vida privada de sus superiores y equipo, incluyéndole. Milone trabajaba con un equipo de 14 personas y dos ayudantes de auditoría, pero aún no han trascendido los nombres de los espiados ni el resultado de las pesquisas.

El Vaticano respondió en un comunicado, expresando su sorpresa y lamentando las declaraciones de Milone, pues habían acordado mantener en secreto los motivos del despido. Añadieron que lamentablemente la oficina de Milone, excediéndose a sus competencias, contrató ilegalmente a una empresa externa para realizar actividades de investigación de la vida privada de expontentes de la Santa Sede. Hecho que además de ser un delito, mermó la confianza en Milone, quien aceptó libremente firmar su dimisión.

La guerra por las finanzas en el Vaticano se extiende a años atrás, de hecho algunas fuentes señalan que esa reforma es la causa principal de las resistencias que ha encontrado el papa Francisco dentro de la Curia.