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domingo, 29 de octubre de 2017

Trump, EE.UU. y la crisis de opioides

Por Ninon Campdesuner

Estados Unidos se encuentra inmerso en una emergencia de salud, al declarar recientemente el presidente Donald Trump una crisis de opioides y reconocer que el norteño país es el que más consume esas sustancias a nivel mundial. Pero la situación no ha conllevado aun a que el primer mandatario declare emergencia nacional como se especulaba en un principio, aunque sí admitió que Estados Unidos de América lidia con la peor crisis de drogas en su historia. Desde la Casa Blanca hizo Dnald Trump el anuncio, durante el cual advirtió sobre ese mal que provocó más de 60 mil muertos en el 2016.

Durante su disertación, exhortó el jefe de Estado norteamericano a tomar todas las medidas necesarias para terminar con el flagelo de la drogadicción; orientó a las agencias federales utilizar todos sus recursos para luchar contra la crisis de las drogas, lo cual incluye un mejor tratamiento para los adictos. Dijo Donald Trump que “ninguna parte de la sociedad estadounidense se ha librado de la epidemia de opiáceos, y sostuvo que su administración está luchando agresivamente contra la situación en todos los frentes.”

A partir de ahora Estados Unidos lidia con una drogadicción que se convirtió en crisis, y ello desencadena una emergencia de salud pública que debe renovarse cada 90 días hasta que la situación mejore y la declaración no sea necesaria. Desde ya deben aunar voluntad y recursos el Departamento de Salud, la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca y la Administración Antidrogas, para que logre rebasarse ese mal que seguirá afectando a miles de ciudadanos norteamericanos si no se recrudecen las medidas. Y si de medidas y soluciones se trata, hay quienes opinan que no es suficiente una emergencia de salud pública, sino que la situación requiere de una emergencia nacional. Y, ¿cuál es la diferencia? Pues la primera es considerada generalmente una medida parcial porque no libera fondos adicionales, sino que depende de los ya existentes para ser redirigidos. Por su parte declarar una emergencia nacional liberaría la financiación de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, el despliegue de trabajadores de salud pública y las solicitudes estatales de ayuda federal, entre otros aspectos necesarios para casos como este.

Según la cadena CBS News, para el doctor Andrew Kolodny, codirector del centro Opioid Policy Research Collaboration en la Escuela Heller de la Universidad Brandeis, el anuncio de Donald Trump fue muy decepcionante. Consideró el experto que sin fondos para el tratamiento de nuevas adicciones, no es suficiente declarar una emergencia de salud pública. “Este no es un plan, la administración todavía no tiene un plan para lidiar con los opiáceos”, aseguró.

¿Qué son los opiáceos? Son alcaloides presentes en el opio, un extracto de la exudación lechosa y blanca obtenida de la incisión de la cápsula de la amapola o adormidera. Los principales opiáceos provenientes del opio son la morfina, codeína, y tebaína. La papaverina también está presente, pero prácticamente no tiene efecto sobre el sistema nervioso central, por lo que verdaderamente no se considera un opioide.

En el sitio web Infoabe se explica que los consumidores de opiáceos sienten placer, sueño y poca sensación de dolor, lo cual puede provocar vómitos y mareos, aunque los síntomas están en dependencia de la manera en que se consuma. Una sobredosis de opiáceos conlleva un alto riesgo de muerte. Este período no ocurre necesariamente debido a su prolongado uso, sino que puede aparecer en el primer consumo. La mayoría de las sobredosis ocurren en el consumo mediante inyecciones.

¿Por qué en Estados Unidos es donde más problemas hay con los opioides? Según un artículo de BBC Mundo, son varias las causas. Entre las más importantes destaca el exceso de prescripciones médicas, las propagandas que a diario se transmiten por la televisión, y los regalos a doctores. Sin embargo se plantea que la situación con los opioides es un problema colectivo, que requiere de soluciones colectivas, ayudas psicológicas a nivel grupal, campañas de bien público, medidas destinadas a evitar ese flagelo, el cual no debe descuidarse para no tener que llegar a crisis y declaraciones de emergencias ya sean de salud pública o nacional, como en la que está involucrada hoy día Estados Unidos.