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sábado, 21 de octubre de 2017

Un museo dedicado a la caca

Por Elizabeth Almeida

Tras su apertura se encuentra un acomodado empresario agrícola llamado Gianantonio Locatelli, que estaba deseoso de dar algún tipo de utilidad ecológica, productiva y cultural a las toneladas de excrementos anuales que generan sus casi 3.500 vacas productoras de leche que se utilizan para fabricar el queso Grada Padano. Entre las múltiples aplicaciones que ha encontrado, está la de convertir las heces en biogás, que sirve para generar energía, incluida la que necesita el sistema de calefacción de sus instalaciones. Asimismo, se sirve de ellas para producir fertilizante.Y también le da a estos residuos un uso algo más excéntrico para que los curiosos puedan satisfacerse. Ha creado un museo que expone varias fotografías, pinturas y también ilustraciones inspiradas en ese tema escatológico o incluso realizadas con algunas pinturas fabricadas con excrementos, como en el caso de las obras de artistas como Roberto Coda Zabetta, quién usó una mezcla de estiércol, pigmentos y resinas para lograr llevar a cabo sus obras.

Si eres de aquellos los que les gusta visitar lugares insólitos y luego contarle a todos tus amigos te traemos una propuesta que no podrás rechazar. Imagínate asistir a una exposición permanente cuyo tema principal dejará impactado a más de uno: las heces fecales.

La primera exposición permanente dedicada a esa parte ineludible de la existencia humana y animal fue inaugurada en el pasado año 2016 en la isla de Wight, situada frente a la costa sur de Inglaterra. Su nombre es National Poo Museum o museo nacional de la caca y exhibe todo tipo de heces. En sus estantes podemos encontrar desechos tanto de de un bebé humano como los de un león, una paloma, un zorro, un suricato o un alce. E incluso muestra fósiles de cacas de reptiles con millones de años de antigüedad. Todas ellas se guardan encapsuladas en unas curiosas esferas de resina que nos permite ver todos los detalles con asombrosa calidad.

El museo se ubica en el zoo de la isla, y en el momento de su inauguración, en lugar de utilizar la habitual cinta roja decorativa, cortaron un rollo de papel higiénico. Muy apropiado y original. Naturalmente, dentro del propio recinto, no falta la tienda de suvenires, en la que se pueden adquirir réplicas en plástico para nuestros amigos de distintos tipos de caca y también otros objetos escatológicos.

El texto de presentación en la web del museo sintetiza a la perfección su filosofía, evocando lo importante que la caca es para el ser humano, cómo encanta a los más pequeños de la casa y cómo el rechazo y el silencio sobre ella se aprende como tal de mayores.

Además se encarga de recordarnos que recientes investigaciones han puesto de manifiesto lo significativas que pueden ser para los avances médicos todas las bacterias intestinales que a diario se desechan por las cañerías y alcantarillas de nuestros pueblos y ciudades. Temas como este, cita el texto– son los que el museo desea explorar, así como también examinar nuestra antigua relación con la caca y cambiar así para siempre la manera de pensar respecto a esta sustancia.

Si esto te parece curioso, te interesará saber que este no es el único museo del mundo que tiene como protagonista las defecaciones de los seres vivos. En el año 2015 abría sus puertas, en el castillo medieval italiano de Castelbosco, situado a casi 100 kilómetros de Milán, el Museu da Merda.

Tras su apertura se encuentra un acomodado empresario agrícola llamado Gianantonio Locatelli, que estaba deseoso de dar algún tipo de utilidad ecológica, productiva y cultural a las toneladas de excrementos anuales que generan sus casi 3.500 vacas productoras de leche que se utilizan para fabricar el queso Grada Padano. Entre las múltiples aplicaciones que ha encontrado, está la de convertir las heces en biogás, que sirve para generar energía, incluida la que necesita el sistema de calefacción de sus instalaciones. Asimismo, se sirve de ellas para producir fertilizante.

Y también le da a estos residuos un uso algo más excéntrico para que los curiosos puedan satisfacerse. Ha creado un museo que expone varias fotografías, pinturas y también ilustraciones inspiradas en ese tema escatológico o incluso realizadas con algunas pinturas fabricadas con excrementos, como en el caso de las obras de artistas como Roberto Coda Zabetta, quién usó una mezcla de estiércol, pigmentos y resinas para lograr llevar a cabo sus obras.

Asimismo, en el museo se pone de relieve otros usos del estiércol: como que a lo largo de toda la a historia se haya usado a nivel medicinal en combinación con algunas plantas o incluso como un eficiente material de construcción.