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sábado, 7 de octubre de 2017

Una campaña que ha alcanzado el grito mundial

Por deltoro

Siempre es importante hablar sobre la importancia de la lactancia materna en la salud de tu bebé y cómo impacta su desarrollo. La lactancia es una manera muy linda de establecer el vínculo emocional con tu bebé a partir de su nacimiento. La primera mirada que él te da como diciendo «yo te conozco» es única, y desde ese momento él sabe que estás ahí para él. Todavía es muy pequeñito y su cerebro no está completamente desarrollado, digamos que está muy primitivo y le manda señales muy básicas para su supervivencia. Succionar el pecho es una de ellas y no solo porque le aportará nutrición, sino porque le brinda tranquilidad y seguridad el estar cerca de la única persona a la que conoce desde que era un pequeñito en tu vientre.

A partir del nacimiento de tu bebé y al iniciarse la producción de leche también notarás que esta es distinta en los primeros siete días. El primer tipo de leche que produces se llama calostro. Es rica en nutrientes y energía, y es lo único que tu chiquitito necesita los primeros días de su vida. Es de consistencia espesa y densa, de color amarillo que se produce en pequeñas cantidades. Y con el tamaño tan pequeño del estómago de tu bebé es comprensible que así sea. Entre el segundo y cuarto día comenzarás a producir más leche y empezará a cambiar hasta que se convierta en la leche madura. Seguramente notarás esta transformación porque tus pechos crecerán y quizá hasta escurra la leche de tus pezones con tan solo escuchar el llanto de un hijo. Esto ocurre porque tu cuerpo produce un exceso de leche y dejará de hacerlo hasta que sepa cuánto es lo que tu bebé necesita.

Al amamantarlo no solo le brindas la energía para el crecimiento de su cuerpo, sino que también contribuyes al sano desarrollo emocional de tu bebé. Hay un sinfín de ventajas tanto para ti como mamá, como para él al elegir la lactancia materna desde su primera hora de vida.

La lactancia comienza desde el embarazo. Si ya estabas asombrada de la transformación de tu cuerpo al ayudar a crear una nueva vida dentro de ti, sorpréndete más cuando veas que sigues siendo una maravilla de la naturaleza al crear la única sustancia que tu bebé necesitará para sobrevivir los primeros meses de su vida. Tus pechos se han ido transformando a lo largo del embarazo, quizá lo que más notes es que se han vuelto un poco más grandes, tienen un color más intenso en los pezones y areolas, y están muy sensibles al tacto.

Existe una red de conductos que transportarán la leche desde los lóbulos donde se produce hasta llegar a los pezones. Es como si justo detrás de la areola hubieran unos vasos que constantemente se llenan de leche y tienen unas bombillas que los conectan a los pezones, una vez que tu bebé succiona el pecho, la leche llega a su boca. Y mientras tu bebé siga succionando, la leche seguirá produciéndose. Los senos nunca se quedan vacíos. Cuando tu guagua mama y estimula tu pezón, envía una señal a la glándula pituitaria que manda al flujo sanguíneo dos hormonas: la prolactina para producir la leche y la oxitocina para contraer los pequeños músculos dentro del pecho que eyectan la leche en los conductos. A este se le conoce como el reflejo de eyección de la leche. Algunas mamás sienten este reflejo, pero no te preocupes si tú no sientes nada.

Se recomienda amamantar al bebé de ambos pechos, para establecer la lactancia de manera efectiva. Las señales para producir leche se envían a cada pecho que es estimulado. Hay otra substancia que, cuando el seno no se estimula no hay succión manda la señal que indica parar la producción de leche y así el volumen se reduce. La cantidad de leche que se produce será la que necesite tu bebé si la alimentación se hace a demanda. Cada mama trabaja de manera independiente de la otra y es totalmente posible amamantar con una sola. Recuerda que el tamaño no es indicación de la cantidad de leche que produces.

La forma más natural de iniciar con la lactancia es a partir del momento en que tu pequeño llega al mundo. Verás cómo apenas tenga la oportunidad buscará tu pecho y comenzará a comer como si lo hubiera hecho antes. En los primeros minutos de vida es importante que tu hijo te sienta, te huela y sepa que estás ahí para él siempre.