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jueves, 2 de noviembre de 2017

200 fallecidos en un túnel de un laboratorio nuclear de Corea del Norte

Por Diana Lorenzo

El que juega con fuego se puede quemar, y así ha sucedido en Corea del Norte, donde cerca de 200 personas murieron tras el colapso de un túnel en un laboratorio de pruebas nucleares de Kim Jong-un. Según afirma una agencia de noticias de Corea del Sur, un funcionario norcoreano aseguró que fue el pasado 10 de octubre cuando se produjo un colapso durante la construcción de un túnel en el centro de pruebas nucleares de Pukyung en el noreste del país.

Alrededor de 100 trabajadores quedaron atrapados, y otro centenar enviado al rescate también quedó enterrado tras un segundo colapso. Los expertos en el tema aseguran que la construcción de nuevos túneles responde a la voluntad de trasladar los centros de pruebas nucleares, pues resulta poco probable que la instalación sea abandonada.

En tanto, el jefe de la agencia meteorológica de Corea del Sur, Nam Jae Cheol, admitió ante su parlamento que otro test atómico de Corea del Norte podría provocar el colapso de la plataforma utilizada para ello y liberar materiales radiactivos. El desastre podía preverse. Durante los últimos años, Pyongyang ha llevado a cabo varias pruebas nucleares con misiles balísticos que han llevado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a endurecer las sanciones contra el país asiático. Sin embargo, se ha mantenido la escalada militar.

Según la agencia surcoreana Yonhap, varios expertos habían advertido de la inestabilidad del sitio de pruebas nucleares norcoreano, el único de su tipo existente en el Estado. Era previsible un colapso luego de seis pruebas realizadas, incluida una en el mes de septiembre, identificada como la más poderosa de la media docena que habían realizado. Esta prueba, con potencia de 100 kilotones, unas cuatro o cinco veces más potente que la bomba nuclear lanzada por los Estados Unidos sobre la ciudad japonesa de Nagasaki en 1945, según expertos.

El pasado 20 de octubre, The Washington Post dejó entrever en un reporte, las sospechas del desastre, al señalar que varios análisis indicaban que la montaña en la que se produjo la tragedia sufría del “síndrome de montaña cansada”. Agregó además que tal alteración de la estructura geológica del terreno, era consecuencia de la ya nombrada prueba del 3 de septiembre. En el propio reporte, el Post hizo alusión a movimientos telúricos, y citó a expertos chinos que advertían sobre el eventual colapso de la montaña y la posible fuga de radiación.