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jueves, 9 de noviembre de 2017

A seis décadas de Laika

Por LauraB

Hace 60 años el mundo de la Astronomía vivía un capítulo que demoraría años en repetirse. La entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS, hoy Rusia) lanzaba al espacio exterior una perra callejera en un hecho que representó un avance sin precedentes para el estudio de esa ciencia. Laika era el nombre del animal que viajó a bordo de la cápsula de la nave espacial Sputnik-2 el 3 de noviembre de 1957. De esta forma pasaría a la historia como el primer animal que saldría de la órbita del planeta Tierra. Aunque estaba pensado que sobreviviera en el espacio exterior por una semana, la suerte de Laika fue dura.

La perrita fue lanzada en una cápsula del tamaño de un lavarropas con agua y comida. Según las estimaciones murió alrededor de cinco horas después del lanzamiento. Las causas fueron el estrés y el sobrecalentamiento. Laika no vivió, pero su hazaña permitió probarles a los científicos soviéticos que una criatura podía sobrevivir al lanzamiento orbital y a la ingravidez.

Otras perras, como Belka y Strelka, corrieron con mejor suerte que Laika y sí sobrevivieron al viaje. La perra Laika fue convertida en una heroína en la antigua Unión Soviética por su aporte a la humanidad.

El viaje de Laika en su cápsula probó que un mamífero puede resistir los rigores del despegue. El nombre real era Kudryavka. También la llamaban Curly, como la habían bautizado los científicos que la entrenaron. Laika se le quedó y significó la ladradora y es el nombre dado a los perros de caza Siberianos.

En esos tiempos de experimentación los soviéticos escogieron más de 30 perros para estudiar el espacio. Según dijeron varios de los involucrados años después los perros callejeros eran escogidos por su fácil entrenamiento, no pertenecían a nadie que los reclamara, estaban acostumbrados a difíciles condiciones ambientales.

Tras el vuelo pionero de Laika pasaron unos cuatro años para realizar otra hazaña. Esta vez con el primer ser humano que viajaría al espacio exterior y regresaría con vida: el vuelo del cosmonauta soviético Yuri Gagarin. Cuatro décadas después del vuelo, los rusos le dedicaron un monumento en el Institute for Aviation and Space Medicine en la cercanías de Moscú, donde ella y otros dos perros fueron entrenados.

Ello convirtió también a los soviéticos como los verdaderos pioneros de la exploración espacial. Su exploración permitió contar con gran parte de los avances que hoy se usan en la Estación Espacial Internacional (EEI). Ejemplos como el de la perrita Laika permitieron una exploración mucho más seria del cosmos.