Acusaron a Carl Sargeant de agresión sexual y se suicidó
El gobierno de Theresa May ha tenido que cargar con la mala reputación que generan los escándalos por acoso sexual, un capítulo que se ha destapado en el mundo de los reconocidos y famosos en las últimas jornadas. Esta vez el escenario se complica en Gran Bretaña tras la muerte de Carl Sargeant, quien fue encontrado muerto en su casa, cuatro días después de su destitución como ministro de Comunidades en el Gobierno regional por supuestas acusaciones de acoso sexual a varias mujeres.
El político laborista de 49 años fue hallado a las 11.30 am en su propia casa de Connah´s Quay, según ha confirmado la policía del Norte de Gales. Agrega la cadena BBC en Gales, que se prevé que el diputado, también ministro regional para Comunidades e Infancia, se haya quitado la vida luego de que la semana pasada el Partido Laborista decidiera abrirle una investigación por recibir quejas de varias mujeres en su contra.
El superintendente de la Policía galesa Mark Pierce ha precisado que su muerte "no se considera sospechosa". A última hora, con Sargeant difunto, varios colegas emiten notorios juicios sobre su persona: El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, ha lamentado "la terrible noticia", en tanto el ministro principal galés, el también laborista Carwyn Jones, ha alabado su contribución del fallecido a la vida pública.
La familia de Sargeant, su esposa y dos hijos, ha expresado en un comunicado su tristeza por la pérdida de "un esposo, un padre y un amigo muy querido", que constituía "el corazón de la familia".
La pasada semana, tras el anuncio de la investigación, el laborista aseguró que las denuncias eran "perturbadoras" y que esperaba "limpiar su nombre". Su caso no es exclusivo. Varias figuras políticos del Reino Unido han sido suspendidos o han dimitido en las últimas jornadas y están siendo investigados tras ser acusados de presuntos abusos o acoso sexual a mujeres. Entre ellos el ministro de Defensa Michael Fallon, quien dimitió el pasado miércoles al ser acusado de haberle puesto la mano en la rodilla a una periodista en 2002 y de intentar besar a otra en 2003. A su vez, cuatro diputados del Partido Conservador británico son objeto de una investigación interna de su partido, mientras que la oposición laborista suspendió a uno de sus diputados e investiga un posible caso de violación.
Ha sido un creciente escándalo que ha sacudido los cimientos de la política británica. Como respuesta, la primera ministra acordó con otros líderes políticos introducir en el Parlamento londinense un "nuevo mecanismo independiente de agravios" que prevenga los casos de abusos de poder y facilite la presentación e investigación de denuncias.
