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sábado, 11 de noviembre de 2017

Adiós a las luxaciones musculares con un bocado

Por Janet Rios

Una luxación articular consiste en la separación de dos huesos dentro de una articulación, quedando en general los huesos enganchados de forma distinta a la normal y produciendo dolor e imposibilidad de mover dicha zona. En la mayoría de los casos tiene un origen traumático, por una carga sobre la articulación (un golpe, una caída…) que los ligamentos o la cápsula que los une no son capaces de soportar, produciéndose una dislocación de los huesos que la forman. Otro tipo de luxaciones más complejas son las congénitas, es decir, desde el nacimiento, y que se producen por una mala posición del feto en el útero, una errónea maniobra en el canal del parto, o por los esfuerzos cuando éste se produce.

Sin duda, los deportistas somos la población más expuesta a padecer luxaciones articulares, por los traumatismos que pueden generarse durante las competencias o los entrenamientos, sobre todo si se añade la velocidad, que agrava y multiplica de forma exponencial las cargas. En tal caso, resultan más graves los traumatismos de alta energía, en los que se multiplica la velocidad por la carga. Las luxaciones más frecuentes se producen en los dedos de la mano, en el hombro (por el gran brazo de palanca que presenta) y el codo. Mucho más graves y complejas son las de cadera, tobillo y pie.

Debemos acudir al médico si notamos cualquier articulación deformada, por ejemplo un dedo que no se puede colocar en su posición. Es muy doloroso. Otro signo clave es la impotencia funcional, es decir, la imposibilidad de mover esa articulación, que suele quedar enclavada en una posición rara y poco natural. Una buena técnica deportiva, utilizar el material adecuado (como rodilleras y coderas en el fútbol americano) y mantenerse concentrado en lo que estamos haciendo, siempre ayuda.

No obstante, las luxaciones articulares son muy difíciles de prevenir. Esto nos puede pasar incluso en nuestra propia casa, simplemente dándole una patada a una mesa con el pie descalzo. La mejor protección es la prudencia y el entrenamiento deportivo correcto. Una luxación suele asociarse a un intenso dolor. Si sospechas que se ha producido, no trates de manipular la articulación (podrías aumentar el daño). Lo primero es inmovilizar el miembro afectado con lo que tengamos a mano, para reducir la molestia y acudir lo más pronto posible a un centro de urgencias que cuente con traumatólogo de guardia y equipo de rayos X para poder diagnosticarlo. El tratamiento consiste en colocar los huesos en la posición en que deberían estar. Esto puede hacerse con anestesia local o regional. En ocasiones puede requerir el uso de la anestesia general. Muchas luxaciones sólo requerirán reducción e inmovilización, pero algunas de ellas, por su gravedad o complejidad, precisarán de cirugía abierta e incluso de fijación provisional del miembro afectado.

Es urgente disminuir las luxaciones lo antes posible para impedir el daño articular. A veces si transcurren muchos días, resulta imposible evitarlas, incluso con anestesia, y hay que recurrir a la cirugía abierta. Las más graves de todas, pueden requerir la reconstrucción de los ligamentos y la cápsula que une los huesos que forman la articulación.

Se dice que para aliviar estas dolencias es recomendable llevar una dieta saludable e incluir el pulpo en tus alimentos cotidianos. Si el pulpo común (Octopus vulgaris) es un molusco cefalópodo que se puede encontrar en diversos mares y océanos alrededor del mundo. Su tamaño medio es de un metro y su color varía para adaptarse al ambiente marino.

Tiene una gran cabeza con boca en forma de pico para triturar conchas duras, ojos muy grandes y ocho tentáculos con hileras de ventosas. Es una especie marina nocturna y buen cazador, se alimenta de crustáceos, bivalvos y hasta pequeños peces. Vive entre año y año y medio y expulsa tinta negra al sentirse amenazado, lo que le permite huir de sus depredadores. El sabor delicado de su carne es muy apreciado en la gastronomía popular en todo el mundo con recetas tradicionales como pulpo a la brasa, a la gallega, ceviche de pulpo peruano o sushi de pulpo, en Japón. La tinta también se aprovecha para elaborar salsas o en platos de pasta y arroz. La carne del pulpo tiene un sabor excelente y se puede hervir, hacer a la parrilla o freír. Combina muy bien con ajo, cebolla, tomate, limón, aceite de oliva, pimentón, jengibre, salsa de soja. El pulpo a feria es quizá la forma más popular de disfrutar de este molusco. Es una receta sencilla y adecuada para deportistas por su valor nutritivo, bajo en calorías y rico en proteínas.