Alice Cooper, nominado al Salón de la Fama de los Compositores
El rockero Alice Copper fue incluido en la lista de nominados al Salón de la Fama de los Compositores, reconocimiento este a su larga e importante trayectoria artística. Vincent Damon Furnier, como realmente se nombra, aspira a la prestigiosa condición junto a importantes figuras del ámbito, cuyas elecciones serán anunciadas en la Gala Anual de Inducción y Premios, prevista para el 14 de junio del 2018, la ciudad estadounidense de Nueva York.
El artista tiene una larga carrera, la cual inició en los primeros años de la década del 60 del pasado siglo, cuando debutó como cantante de la banda Alice Copper, de la que tomó su nombre artístico. Su trabajo musical y proyección escénica ha influenciado a varios géneros y agrupaciones del rock and roll, y de su discografía, compuesta por una treintena de álbumes, a los que se pueden incluir colaboraciones con otros artistas y bandas sonoras. Copper ha vendido millones de copias en todo el mundo.
El Salón de la Fama de los Compositores reconoce el trabajo de quienes tienen un mínimo de 20 años de labor, más un catálogo de canciones exitosas. Los nominados son agrupados en las categorías letristas y compositores-interpretes. Para la próxima ceremonia el año que viene aspiran unos 30 artistas a entrar al salón, entre los que destacan Mariah Carey, Tracy Chapman, Jim Cliff, Alle Willis, William Stevenson, Maurice Star, y Bill Anderson, entre otros.
Vincent Damon Furnier, nació en Detroit, Michigan, Estados Unidos, en 1948, interpreta los géneros de hard rock y heavy metal. Alice Cooper fue inicialmente el nombre de una banda de rock and roll en la que Furnier cantaba, pionera del género conocido como shock rock. Furnier inició una carrera como solista convirtiéndose en un importante icono del rock con gran influencia en los géneros antes mencionados. Copper fue uno de los primeros en imbricar rock y espectáculo a la hora de presentarse en conciertos, y también en montar pequeñas historias teatrales en el escenario e inventarse un personaje. Es reconocido por el uso de maquillajes de aspecto siniestro, inquietantes letras y provocativas representaciones que abarcaban ejecuciones con guillotina y sillas eléctricas o actos con enormes serpientes, que ilustraban los contenidos de sus álbumes, muchos de los cuales narraban una historia, en la más pura línea del álbum conceptual.
