Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

miércoles, 15 de noviembre de 2017

El futuro es la colonización del mar

Por Diana Lorenzo

Aunque mucho se ha fabulado sobre ella, lo cierto es que por primera vez se habla de la posibilidad real de construir una isla flotante. Estaría muy próxima a la isla de Tahiti, en la Polinesia francesa, y a decir de representantes de la empresa estadounidense Seasteading Institute, se “crearía” en los próximos diez años.

El anuncio, hecho público durante las últimas jornadas, es fruto de acuerdos entre la nación asiática y la compañía norteamericana que desde enero pasado sostienen conversaciones de negocio. Como resultado, a principios de 2017 los polinesios permitieron la realización de un estudio de sus aguas. Han prometido también una serie de garantías, como crear una zona económica especial para que el Instituto Seasteading experimente; al tiempo que ofreció 40 hectáreas de tierra frente al mar con el fin de que el grupo pueda trabajar.

Sin embargo, la isla flotante flotaría en aguas internacionales. Constituiría un estado nación independientes y autosostenible, con la diferencia que se ubicaría en el mar, a la deriva (¿les agradaría a los países vecinos?).

La visión de lo que sería la novedosa isla aún se halla en fase de definición, así lo delatan las palabras de Joe Quirk, presidente del Seasteading Institute. “Podemos crear una gran diversidad de gobiernos para una gran diversidad de personas”, expuso a modo de posibilidad.

Según dijo, la construcción podría comenzar pronto, con los primeros edificios flotantes, lo que constituiría el núcleo de la ciudad. Con una perspectiva ambientalista y de cara al futuro, Quirk expuso como uno de los beneficios fundamentales de la isla el hecho mismo de ser flotante, pues sería inmune al aumento del nivel del mar tras los efectos del cambio climático. La plataforma flotante incluiría casas, hoteles, oficinas y restaurantes, con un costo cercano a los 60 millones de dólares.

Este es el ejemplo más plausible de la llamada “colonización del mar” o seastading. Hoy existen decenas de empresas, académicos e incluso gobiernos que trabajan en conjunto para crear un prototipo para el año 2020. Para el actual presidente del Instituto, estos límites podrían ampliarse. “Quiero ver ciudades flotantes en 2050; espero que sean miles de ellas, cada una con diferentes formas de gobierno (…) Cuanta más gente se mueva entre las ciudades, más opciones tendremos y será más probable que tengamos paz, prosperidad e innovación”.

El Instituto Seasteading, una organización sin fines de lucro con sede en San Francisco, desde su fundación, en el año 2008, ha estado afanada en convencer al público de que la colonización del mar no es una locura total, sino una meta posible de alcanzar. Su génesis está asociada a la idea. Fue en 1981, cuando un marinero llamado Ken Neumeyer escribió el libro Sailing the Farm, en el que hablaba de vivir de manera sostenible en una embarcación de vela. Veinte años más tarde, la idea fue tomada por Patri Friedman, nieto del reconocido economista Milton Friedman, quien se dedicó a desarrollarla. Tanto fue su afán que en 2008 renunció a su trabajo en Google y cofundó el Instituto Seasteading, con la ayuda financiera de Peter Thiel, el multimillonario promotor de Paypal.