Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

martes, 7 de noviembre de 2017

El 'otro Hollywood' está marcado por la tragedia

Por Lorena rey

El llamado cine para adultos es una industria multimillonaria que consume más de medio mundo. Cada año este sector mueve más de 4.000 millones de dólares, pero además de las polémicas éticas alrededor de su existencia, está lleno de oscuras historias sobre víctimas mortales y misterios policiales. Es, en resumen, un mundo de peligros, controlado por mafias, donde los actores son explotados y desechados como basura. Del anonimato logran salir pocos y muchos menos son los que logran dedicarse a otros oficios después de formar parte de un negocio donde la droga y la violencia están a la orden del día.

No es de extrañar que reconocidos directores de cine hayan encontrado su inspiración en personajes de la vida real provenientes de la industria del porno. Es el caso del director Paul Thomas Anderson, nominado al Oscar en cuatro ocasiones, quien recreó la vida de Jon Dough, en Boogie nights, un filme que aborda los altibajos del submundo de la pornografía en la década de los 70 y los 80. La historia de Dough, por su parte, encierra en sí misma un cuestionamiento a la felicidad real alcanzada dentro de este negocio. Este icónico actor porno protagonizó 1.100 películas y dirigió 70. Tenía una vida privada tradicional, esposa, una hija y una saneada cuenta bancaria. Sin embargo, a los 43 años, en pleno auge de su carrera, decidió quitarse la vida.

Otras oscuras ficciones también han encontrado su inspiración en el truculento mundo del cine del sexo. Es el caso de cintas como El escándalo de Larry Flint, Lovelace, King Cobra e incluso una reciente y bien acogida serie televisiva de HBO, TheDeuce. El creador de esta serie, quien debió indagar en las interioridades del negocio del porno para sacar al aire este producto, comentó sobre su alcance indirecto en nuestra vida que siempre ha habido un mercado para la pornografía, sin embargo, no existía una industria para ella. Ahora sí la hay y sus lógicas de consumo han comenzado a determinar cada cosa que vendemos, desde cerveza hasta jeans. Incluso si no estamos consumiendo pornografía, estamos consumiendo su lógica, concluyó.

En esta sociedad contemporánea hipersexualizada desde los medios masivos y la publicidad, parecería que el porno está viviendo su mejor momento, aún más cuando el consumo de productos audiovisuales es cada día más masivo y democrático por todos los sectores de la sociedad. Nada tan sencillo y accesible como un teléfono celular conectado a internet. Pero la esencia de esta “industria del placer”, una maquinaria implacable enfocada en satisfacer la fantasías sexuales de millones en el mundo , y su oscuro enside, permanecen intactos. Pocas cosas han cambiado en el perfil de quienes la orquestan y de quienes son víctimas de su lado más oscuro: los actores porno.

Cada año continúan siendo noticia el asesinato violento, la muerte por sobredosis, el trágico suicidio de una estrella porno que no superaba los 20 años. Solo recordaremos los casos más sonados, pero la mayoría se quedará en el anonimato.