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sábado, 25 de noviembre de 2017

España y Latinoamérica, un mismos idioma y muchas variaciones

Por G_nkerbell

Sabemos que en Latinoamérica la Z y la C se pronuncian igual que la S, diferente a lo que pasa en la mayor parte de España, pero esto ocurre por varias razones poco conocidas y menos estudiadas. Estas cuestiones han ocupado a especialistas y a hispanohablantes en general desde hace poco tiempo, porque es complicado que en la tierra donde nació el castellano se hable distinto que en la mayoría de sus antiguas colonias. Sobre la pronunciación de la Z en España han llegado a crearse hasta leyendas, como por ejemplo, que se extendió para reproducir el ceceo que padecía algún rey o príncipe al hablar.

Pero los estudiosos descartan la idea pues, aunque esta sea una leyenda simpática, no tiene ningún sustento, dice en entrevista con BBC Mundo el filólogo español Juan Sánchez Méndez, autor del libro Historia de la lengua española en América.

Con los albores del siglo XX se le dio un alza a la idea de que en Latinoamérica se habla diferente el español, porque este cambió con la influencia de las lenguas indígenas. Pero esa teoría indigenista que tuvo como impulsor al lingüista alemán naturalizado chileno Rodolfo Lenz, también perdió fuerza ante la evidencia científica.

La explicación que se ha quedado como más aceptada es que la pronunciación diferenciada de la Z y la C no se perdió en América, sino que básicamente nunca embarcó. En el momento en que se produjo la colonización del Nuevo Mundo, el descubrimiento de América, ya había dos modos de hablar el castellano, uno hacia el norte de Castilla, que se impuso en Madrid, y otro en Sevilla, en el sur de España y en Sevilla, la Z y la C se pronunciaban de modo similar a la S, además, allí fue donde estuvo la principal unión de enlace con América, el Puerto de Indias.

Una mayoría de los primeros colonizadores españoles que llegaron a América provenía de Sevilla y otras partes de Andalucía. Por ello en toda América triunfó la manera sevillana de hablar español, mientras que en la ortografía es la manera de Madrid, que es donde estaba la Corte, y por tanto tenía mucho prestigio

Arturo Andújar Cobo, miembro del grupo de investigación sociolingüística andaluza de la Universidad de Sevilla, indica que en esta ciudad pasaban temporadas quienes aguardaban embarcar hacia América, por lo que ese particular seseo ya era dominante a la hora de partir rumbo al Nuevo Mundo. De hecho, en Andalucía la pronunciación de la zeta era considerada de menos prestigio social, porque se la atribuyen a los moriscos y entonces parece que se asocia a una clase social baja.

También pudo haber otra razón de esta diferencia entre el Nuevo Mundo y España y es que unificar fonemas simplificaba las cosas a los colonos que implantaban el español, y a los indígenas que lo aprendían. Por ello, quizá la influencia de los indígenas en el modo de hablar de los latinoamericanos tampoco pueda descartarse com pletamente.

Ya en el siglo XIX se dieron algunos intentos en tierras americanas que se independizaban de España por distinguir la pronunciación de la S, la C y la Z, pues contribuiría a escribir con menos faltas de ortografía. Pero esos esfuerzos fracasaron, como es evidente en las ciudades latinoamericanas de hoy.

No obstante, no está develada la incógnita de las diferentes pronunciaciones y de las complicadas S y Z, pues según la lingüista Guiomar Ciapuscio, directora alterna del Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas de la Universidad de Buenos Aires, es complicado decir que es algo está solucionado definitivamente, cuando no hay tanto trabajo empírico hecho en América, afirma.