Greenpeace arremete contra el Estado francés por fallas nucleares
Greenpeace comenzó una disputa contra el gobierno francés en el mes de octubre tras encenderse las alarmas de la precaución medioambiental y la seguridad nacional. El informe de la querella denunciaba los fallos de seguridad en las centrales nucleares en Francia, especialmente en piscinas de almacenamiento, frente a la eventualidad de un ataque.
Pero el movimiento no se detuvo. A principios de semana una selección de activistas sensibilizados con la ecología irrumpió en una central nuclear en el país europeo, con el objetivo de alertar sobre las deficiencias de seguridad en estos sitios en caso de ataque. Su objetivo principal era demostrar que la seguridad en torno a las piscinas de combustible nuclear usado es particularmente deficiente. La incursión de los ecologistas fue en la planta de Cruas-Meysse, en la sureña región de Ardeche.
Los activistas escalaron el edificio principal donde se encontraban las piscinas para enfriar barras de combustible gastado altamente radiactivo y encendieron bengalas. A pesar de que se demostró que la seguridad de la planta nunca estuvo en peligro por el grupo reaccionario, la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN), un organismo independiente, y el gigante de energía francés EDF, se hizo cargo de la situación. La intrusión dentro de la fábrica provocó el arresto de 22 personas y la apertura de una investigación judicial.
Este incidente es el segundo de este tipo que se produce en apenas unos meses. El pasado mes de octubre, un grupo de activistas se introdujo en la planta de Cattenom,ubicada en el este de Francia, desde donde lanzaron fuegos artificiales a los pies de una piscina de combustible usado.
El próximo 3 de enero, el director general de Greenpeace Francia y ocho activistas tendrán que comparecer ante la justicia. La pena de cárcel puede ser hasta cinco años y a pagar una multa de 75 mil euros.
El parque nuclear francés, que cuenta con 58 reactores en actividad y 63 piscinas de combustible usado, es el segundo más importante del mundo en potencia, detrás del de Estados Unidos. La empresa eléctrica EDF rechazó las acusaciones de Greenpeace, asegurando que las centrales francesas son "seguras y están bien vigiladas y muy bien protegidas".
Pero lo cierto es que los sucesos dejan mucho que desear, y pensar sobre la supuesta seguridad de estos sitios.