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lunes, 20 de noviembre de 2017

Kenia no puede celebrar unas elecciones en condiciones

Por LauraB

La repetición de las elecciones presidenciales debía llevarse a cabo en algunas regiones de Kenia. Sin embargo, por cuestiones de seguridad no fue posible efectuarlas. Las autoridades electorales del país africano han dicho que las elecciones fueron pospuestas por tiempo indeterminado. El presidente de la Comisión Electoral, Wafula Chebukati, dijo que alrededor de siete millones de ciudadanos kenianos votaron la semana pasada para elegir al nuevo presidente del país. Acorde con Chebukati más de 19 millones de personas estaban convocados a las urnas. La complicación vino cuando el líder de la oposición Raila Odinga manifestó que la primera votación del 8 de agosto pasado era la que valía.

Odinga dijo que la elección de la semana pasada era un fraude por lo que pidió la repetición de los comicios. Ante su llamado los seguidores bloquearon algunas zonas del país y provocaron disturbios que causaron al menos tres fallecidos.

El actual presidente Ushu Kenyatta fue declarado vencedor de las elecciones celebradas en agosto, pero el Tribunal Supremo anuló la votación acusando a la Comisión Electoral de haber cometido graves errores. Ante ello Odinga fomentó el boicot contra la repetición de las elecciones aludiendo que las autoridades electorales no habían tenido en cuenta sus demandas.

La violencia es algo normal en países africanos como Kenia, sobre todo cuando son los momentos electorales. Hace diez años ocurrió un episodio similar al de ahora. En aquella ocasión los muertos fueron más de 1200 y los desplazados, más de 400 mil.

La pobreza, enfermedades, la corrupción tensionan el ambiente políticamente hablando. Son una bomba de tiempo en estos países. Las elecciones pasan a ocupar un segundo lugar como manera de los ciudadanos de expresar el descontento con las autoridades. El respeto a la democracia o los principios de paz son pisoteados y se vuelve un juego en el que cada parte muestra músculo y solo gana quien es capaz de echar más tiros al aire.

Los aspirantes a la presidencia también se encuentran con trabas como el fenómeno de las tribus y el llamado nacionalismo étnico. Tienen que ganarse a los jefes de las tribus para tener adeptos a sus políticas y llevar a cabo planes de seguridad que beneficien a todos.

Del otro lado, los medios de comunicación se montan en campañas de odio hacia uno que otro candidato lo que exacerba los ánimos en las calles. Queda aún mucho por hacer para que las elecciones en estos países se conviertan en una oportunidad al cambio.