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sábado, 25 de noviembre de 2017

La batalla del combustible por hacerse con las ventas de automóviles

Por Janet Rios

Se comenta que según un informe de la agencia de calificación crediticia se pinta de gris las perspectivas actuales del automóvil. Los especialistas creen que la demanda de automóviles se mantendrá estable en los años 2017 y 2018, pero no en todas las regiones, como EEUU debido a los grandes desastres naturales ocasionados por los huracanes Harvey en Texas, Irma en Miami o María en Puerto Rico. Es por tan razón que se estima que durante los próximos dos años las ventas totales estarán cerca de los 17,1 millones de unidades en estos países desarrollados. Eso si sin dejar de tene en cuenta la mínima venta que pudiera resultar en el resto de los países del mundo.

En los países europeos se estima que crecerá este año más del 2% y hasta llegar cerca de los 20 millones de unidades. Se especula que en los años venideros el crecimiento del mercado se situará cerca del 3,5% anual. De los países involucrados se dice que el peor parado es el Reino Unido por causa del Brexit. Debido a que su moneda nacional la libra se encuentra debilitada actualmente. Será fundamental ver cómo evoluciona la negociación con la UE para su salida del euro porque las restricciones comerciales podrían con el tiempo llevar la producción de automóviles en Reino Unido hacia el continente.

Pero no se estaría completo si no hablamos de China. La cual moderará su crecimiento. Así se pretende colocar en el mercado cerca de 30 millones de vehículos nuevos en 2018 y entre 30 y 30,5 millones de unidades en 2019. Esta estabilidad de las ventas de automóviles hará que su calificación también permanezca invariable, según Alexis Herbert, analista . Pero igualmente contribuirá a que los fabricantes acometan la electrificación de sus gamas que ya están previendo en sus estrategias de inversión para el trienio 2018-2020.

Pero donde entra el diésel en esta historia. Se dice que en Europa Occidental es una tecnología clave. En agosto de 2017 su cuota fue del 42,7% frente al 48,3% con que cerró 2016. Estas estadísticas señalan a España y Alemania como aquellos países que más retrocederá. Los especialistas esperan que la cuota del mercado mundial del diésel decrezca de manera gradual, siendo reemplazado por la gasolina y por los vehículos eléctricos y aquellos nuevos vehículos que se encuentran en el mercado que su funcionamiento es a base de baterías. Los especialistas aseguran que a pesar de esta caída, el diésel seguirá representando una cuota de cerca de un 30 %.

El diésel se encuentra en una disyuntiva, devido a que para los fabricantes de automóviles es u recurso vital porque ofrece una economía de combustible perfecta para conseguir cumplir con el objetivo de 95 gramos de CO2 por kilómetro de media, exigido para la gama de modelos de un fabricante por la Unión Europea a partir 2021.

Uno de los riesgos que se ve y en el que más hincapié se hace, es la pérdida de valor residual del diésel por su menor demanda. Se especula que los automóviles que se alimenten de diésel se dejarán de vender y luego, de recomprarse. Es decir, los vehículos procedentes de contratos de leasing o renting perderán valor para su segunda colocación en el mercado. La firma explica que el trasvase hacia el eléctrico y la pérdida de valor residual del diésel llevará a la deflación de las operaciones de leasing y renting de las grandes empresas.

Teniendo en cuenta el informe por el que me estoy rigiendo se asume que los tres grandes fabricantes alemanes el Grupo Volkswagen, BMW y Daimler cuentan con activos financieros por valor de más de 400.000 millones de euros. El promedio de los llamados activos cautivos o preventivos supondrían un por ciento considerable en el Grupo Volkswagen, otro en BMW y un último por ciento en Daimler, siendo este último grupo, el propietario de Mercedes Benz, el más agresivo en estas operaciones comerciales en los últimos ejercicios.

Se asegura que en la próxima década la firma prevé una deriva hacia la electrificación progresiva. Esta cambiará las relaciones entre los diferentes proveedores ya que los que suministren componentes para los motores de combustión deberán transformarse. Además, los vehículos eléctricos necesitan menos piezas.Se comienza hablar desde entonces de un vehículo autónomo para los próximos 10 años. Su huella será menor ya que dependerá del desarrollo de la regulación, según varios analistas. Además esperan que haya más sinergias entre fabricantes, proveedores y el sector de las tecnológicas.