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lunes, 27 de noviembre de 2017

La cerveza no engorda y favorece la digestión

Por Diana Santos

Se desmiente definitivamente el mito que relaciona el consumo de cerveza y la obesidad. Investigaciones recientes han demostrado que tomar de la popular bebida no aumenta el índice de masa corporal de las personas; de hecho favorece en gran medida nuestra salud, siempre y cuando se trate de niveles moderados... y sin alcohol.

Además de este claro beneficio, tomar cerveza resulta provechoso para el funcionamiento del aparato digestivo y la obtención de adecuados niveles de glucosa, según los resultados del estudio del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav). A decir de los investigadores del Departamento de Genética y Biología Molecular, los niveles de glucosa disminuyen cuando el organismo está en ayunas e ingiere este líquido, también aumenta de manera moderada la funcionalidad de las células beta del páncreas, donde se produce la insulina, además de una mayor regulación de las bacterias estomacales.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores efectuaron pruebas en 35 personas entre los 20 y 40 años de edad, de ambos géneros. Durante un mes, los participantes consumieron una lata de cerveza sin alcohol tipo Lager de 355 mililitros acompañada de alimentos. Se observó también en ellos, un cambio en la diversidad de la microbiota intestinal, aumentando el número de bacterias “buenas” en su aparato gastro.

Quedó constatado además que no existe relación entre el consumo de cerveza y el aumento de masa ventral, no causa obesidad ni dispara la presión arterial.

Recientemente, otros estudios habían demostrado que contrario a la mayoría de las creencias sobre esta popular bebida, la cerveza posee bajo contenido calórico y posee nutrientes que permiten incluirla entre los componentes de una alimentación saludable, incluso, en la exigente dieta mediterránea. En el caso de sus componentes más saludables destacan las vitaminas del grupo B (en especial destaca el ácido fólico), junto a su ligero porcentaje de carbohidratos. De igual modo resultan beneficiosos los minerales que posee, especialmente el magnesio y el calcio.

Algunos expertos aseguran que consumir cerveza moderamente “podría evitar la oxidación de las células, aumentar la cantidad de colesterol HDL (bueno) y proteger frente a lesiones miocárdicas agudas asociadas al infarto”. Así mismo, promueve la densidad ósea y evita la pérdida del hueso, o los fitoestrógenos, asociados a la mejora de los síntomas de la menopausia y la prevención de la osteoporosis.

Resulta entonces más que un mero acto de placer, casi una acción consiente, el hecho de compartir entre amigos brindando con una refrescante jarra de cerveza helada. Un brindis por la salud, y sin obesidad.