La igualdad de género en el Eurobarómetro
El Eurobarómetro es un instrumento de gran relevancia que periódicamente, desde 1973, realiza la Comisión Europea con el objetivo de analizar y sintetizar la opinión pública ciudadana, así como sus prioridades y expectativas relacionadas con la Unión Europea; es una manera de evaluar a la comunidad y saber los niveles de opinión para con ello poder trazar líneas de acción. Gracias a los resultados que fueron publicados recientemente por la Sección de Análisis de la Opinión Pública, se ha podido saber que gran parte de la población europea tiene pensamientos y comportamientos machistas. Las estadísticas indican que el 44 por ciento de las personas asume que la mujer debe estar dedicada a las tareas del hogar y la familia, y casi la misma cantidad piensa que la prioridad del hombre es ganar dinero. Esto quiere decir que sobre igualdad de género aún falta demasiado.
De acuerdo con las conclusiones del eurobarómetro, el 51 por ciento de los encuestados piensa que la igualdad de género se ha podido lograr en política, mientras que un poco menos, el 48 por ciento, opina que existe en el ámbito laboral. El estudio confirma lo que ya muchos sabemos sin tener que encuestar: la equidad de género no existe, pues no se puede hablar de igualdad mientras unos no la compartan, a pesar de que otros sí la defiendan.
En el círculo más cercano y primario, la familia, es todavía muy extraño encontrar un reparto equitativo de las tareas fundamentales como atender la casa y el cuidar a los niños. A pesar de que la encuesta afirma que más de 8 personas de cada 10 europeos piensan que los hombres deberían asumir las mismas responsabilidades domésticas que las mujeres, o incluso acogerse a la licencia de paternidad para cuidar más detenidamente a sus hijos, la mayoría continúa opinando que son las mujeres las que más tiempo le dedican al hogar y a las tareas asistenciales, como en efecto sucede. Y todo esto es posible porque aunque mucho se intenta, las ideas machistas gobiernan el mundo, y la mente es muy difícil de modificar.
Un ejemplo muy claro y que escuchamos desde la niñez, es aquello sobre que “los hombres no lloran”. Muchas personas lo dirán un poco para que el niño se calme y reprima su frustración, y otros lo harán porque de verdad asumen que llorar es para niñas, pero la realidad es que nuestros niños crecen escuchando frases retrógradas e injustas como esas y viendo comportamientos más o menos similares, y el resultado natural casi nunca difiere de lo que le enseñan, es muy complicado que si nos educan para ver la vida de una manera, lo cambiemos por propia voluntad, al menos no sin tener la consciencia del daño. Con respecto al noble acto de llorar, el eurobarómetro afirma que uno de cada diez encuestados aún piensa que es inaceptable que los hombres lo hagan, y eso representa el 10 por ciento. Pero eso no es todo, aproximadamente siete de cada diez opinan que las mujeres, comparadas con los hombres, tienen una mayor tendencia a tomar decisiones de acuerdo con sus emociones.
La encuesta afirma que en Bulgaria son más propensos a estereotipar en función del género, luego les siguen países como Hungría y Lituania. Por su parte los estereotipos de género fueron menores entre los encuestados de Suecia, Dinamarca y Países Bajos; una prueba más de que aún no se ha alcanzado la igualdad de género en la Unión Europea.
Los valores se contradicen, pues a pesar de que la población muestra un determinado comportamiento, el eurobarómetro demuestra que 9 de cada 10 europeos consideran como muy importante la igualdad de género tanto para la sociedad, como para la economía y para todo en general. Asimismo, la mitad de los europeos opina que debería haber más mujeres en los puestos clave de la política, y 7 de cada 10 se muestran a favor de tomar medidas jurídicas para garantizar la paridad entre hombres y mujeres en esa esfera. Aunque es solo la mitad, es un paso de avance, y para promover la equidad sería fundamental que se pueda lograr más presencia femenina en los puestos de ese tipo.
Un tema sensible para apoyar las acciones es la igualdad salarial, pues en muchas ocasiones son muy marcadas las diferencias entre salarios de hombres y mujeres, solo por su género y no por la labor que realicen. La Comisión Europea asegura que las mujeres en Europa cobran aproximadamente un 16,3 por ciento menos que los hombres, algo que no ha disminuido en los últimos años. En este sentido explican que las mujeres optan por menos promociones, interrumpen más sus carreras profesionales y realizan más trabajos no remunerados. Sobre esto, el 90 por ciento de los europeos dice que es inaceptable la situación, y no obstante solo el 64 por ciento apoya la transparencia salarial como una medida certera para promover cambios.
Como todos los demás puntos desiguales, la brecha salarial es tremendamente injusto. Para intentar contrarrestarlo la Comisión Europea presentó este 20 de noviembre un plan de acción, y puso como meta el período 2018-2019. Si todas las partes interesadas lo implementan, pudiera analizarse la posibilidad de modificar la Directiva sobre la igualdad de género; e incluso luchar contra la penalización económica que supone el trabajo asistencial.
