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jueves, 23 de noviembre de 2017

La televisión perpetua las desigualdades de género

Por dianell

La sociedades actuales se empeñan en demostrar cuán evolucionadas están, pero en ocasiones dejan invisibles miradas que ponen al descubierto rasgos de la antigüedad. Las desigualdades de género son un ejemplo tan claro de que no estamos tan lejos de aquella época, aunque su forma de manifestación ha cambiado, las mismas siguen tomando espacio. Uno de los lugares donde tienen mayor presencia es en la televisión, donde la distinción de roles de lo que debe ser lo masculino y lo femenino queda bien marcado y donde se evidencian los estereotipos de géneros que se reproducen constantemente en la sociedad contemporánea.

Las construcciones socioculturales sobre género están presentes en todas las esferas de la vida humana que provocan que se creen las llamadas desigualdades. En ningún país del planeta se puede asegurar que exista equidad entre géneros, aunque es cierto que en algunos es menos evidente que en otros. Lo cierto es que de alguna forma u otra las diferencias entre los roles que debe asumir de cada sexo demuestran que los estigmas sociales existen y se evidencian de forma muy transparente.

Actualmente muchas personas podrían pensar que las llamadas diferencias entre hombres y mujeres no se presencian en la sociedad moderna como en la antigüedad. Que ya la mujer no es el eslabón débil en la sociedad y que tanto hombres como mujeres tienen los mismos derechos. Si es cierto que la mujer ha tomado un rol importante y predominante en las sociedades y que ha ocupado diferentes espacios donde ocupa cargos públicos etc., también en es muy cierto que muchas de las desigualdades entre ambos géneros se han tergiversado pero no eliminado.

Si hacemos un análisis de lo cotidiano de forma muy simple, seremos capaces de darnos cuenta de muchas de las diferencias que solemos pasar por alto y vemos como algo natural y muy normal de nuestra vida. La realidad muestra que nuestra cotidianidad es la pura evidencia de las claras y marcadas diferencias entre lo que se considera como lo femenino y lo masculino.

Uno de los más claros ejemplos donde la mujer sigue siendo teniendo el prototipo y diseño a la antigua es en la televisión. Nuestros programas de televisión son un espacio donde se denota claramente la diferencia de roles. Si vemos nuestras telenovelas que expresan la modernidad observamos en mucha s de ellas como la mujer es dueña de sus propias riquezas, pero que muchas han sido obtenidas por su esposo, aun así cuando esas riquezas obtenidas por su propio esfuerzo ella se sigue rige por las pautas estereotipadas de la sociedad acudiendo a la necesidad de tener un hombre a su lado que le ayude a administrar sus riquezas, esto es solo por poner un ejemplo.

Dentro del medio vemos como en los vídeos clips, especialmente de reggaetón sigue siendo la mujer la sumisa, la portadora de placer, la esclava sexual, la que el hombre puede obtener fácilmente con dinero. De igual forma en muchas películas y telenovelas la mujer queda degrada a los pies de los hombres porque las historias se reducen a que la mujer es la pobre y el hombre es el rico que la salva de la miseria. Además en la mayoría de los programas de televisión la mujer sigue siendo la que protagoniza las principales tareas domésticas como en la antigüedad ya sea en su propio hogar o mediante el pago de algún empleado, se sigue visualizando que ella es la que asume los roles domésticos.

La televisión de forma consiente o inconsciente es un patrón que no solo visualiza la desigualdades de género que existen en u nuestros diferentes contextos, sino que ayuda a que las mismas se reproduzcan y sean aceptadas como tal. En dicho medio se exponen de forma espontánea, sin ninguna crítica ni censura, dando paso a que las funciones que supuestamente debe realizar cada sexo estén en correspondencia con su sexo bilógico y no con sus necesidad y responsabilidad social. Regenerando las perspectivas de la mujer en la sociedad como el objeto inútil, al que el hombre tiene acceso de forma fácil, como la débil, la portadora, la ama de casa, la cuidadora, etc.

Esto debe cambiar y nunca va a ser un cambio drástico, es un proceso que es paulatino, pero ese esfuerzo debe existir porque la televisión tiene un importante papel en la creación de opiniones y actitudes de nuestros individuos. La información que se brinda en los medios puede desvalorizar a la mujer pero también puede darle fuerzas para que representen un modelo a seguir para muchas otras. Las desigualdades de géneros nos evidencian de forma muy simple como nuestra sociedad ha ido evolucionando de una forma en la que lo de antes existe pero de forma distinta.