Los edulcorantes a debate
Incluirlos en la dieta diaria, como un sustituto total o parcial del azúcar, contribuye positivamente a tu salud. Para ello es necesario que aprendas a identificarlos y emplearlos adecuadamente de acuerdo a su tipo. Son aquellos que aportan energía, cuatro kilocalorías por gramo, según la Federación Mexicana de Diabetes A.C. También brindan sabor dulce y volumen, ayudan a conservar la frescura y, en algunos casos, actúan como conservadores. No aportan kilocalorías, pero sí un sabor dulce y de acuerdo con el Instituto de Bebidas para la Salud y el Bienestar, no afectan los niveles de insulina o glucosa en la sangre.
Este tipo de edulcorantes son los más estudiados por la ciencia, pues cada vez más están probando ser una buena opción para reducir la cantidad de calorías en la alimentación, sin afectar el que puedas disfrutar de los alimentos y bebidas dulces. Te presentamos algunos datos que debes conocer sobre ellos, para que puedas determinar si incluirlos en tu alimentación e identificarlos en los productos que consumes a diario. Su origen proviene de los inicios del siglo XX, fueron introducidos al mercado entre la década de los cincuenta y sesenta, después de que distintos organismos en materia de salud los aprobaron.
Para garantizar su seguridad, son evaluados por organismos internacionales como el Comité Mixto FAO/ OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios y la Comisión del Codex Alimentarius, mientras que en México son avalados por la Comisión Federal Para la Protección Contra Riesgos Sanitarios COFEPRIS. La IDA (Ingesta Diaria Admisible) es la cantidad de edulcorante que puedes consumir diariamente en tu alimentación, sin riesgos a tu salud.
Su sabor es muy parecido al azúcar de mesa, además de ser muy intenso, por lo cual se requiere solo de una pequeña cantidad para endulzar todos tus alimentos y bebidas. Pueden tener un efecto positivo en el peso corporal, cuando se incluyen dentro de una alimentación balanceada, complementada de actividad física. Pues existen individuos principalmente del género femenino que suelen endulzar todos sus comidas con este tipo de edulcorantes para así no aumentar de peso. Una teoría que no se encuentra sustentada pero funciona en la mayoría de los casos. Estos edulcorantes los puedes encontrar por separado o como ingredientes de diferentes productos, bebidas, panes, postres, dulces, cereales y mermeladas, para ello te recomendamos que leas las etiquetas y leyendas antes de consumirlos, pues algunos además del aspartame pueden incluir también fenilalanina.
La forma de utilizar los edulcorantes no calóricos es mediante la IDA, la cual te indica la cantidad de aditivo alimentario, ingerido por vía oral, que puedes consumir diariamente en relación a tu peso. Se establece solo para aquellas sustancias que se eliminan de tu cuerpo dentro de las 24 horas posteriores a su consumo.
Para calcularlo, debes multiplicar tu peso por los mg/kg del tipo de edulcorante no calórico Por ejemplo, para determinar la cantidad de sucralosa diaria que una mujer de 55 kg puede consumir, sería 55x15mg = 825mg. Los edulcorantes bajos en calorías son una solución consumo excesivo de azúcar. Aunque cada vez son más consumidos, te presentamos las características de dos de los más populares.
Estevia . Es una molécula proveniente de la planta Stevia Rebaudiana. De acuerdo con el Instituto de bebidas para la salud y el bienestar, cuenta con más de 200 estudios que demuestran su seguridad, por lo que se recomienda su consumo para la población en general. Puedes encontrarla como ingrediente de diferentes productos, e incluso, en paquetes para preparar tus bebidas y alimentos.
Sucralosa. Fue descubierta en 1976 y su molécula se obtiene a partir de la sacarosa. Periódicamente se realizan estudios en torno a esta sustancia, lo cual ha dado como resultado que organismos como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, asegure su consumo para todas las personas. Algunos beneficios No incrementan el apetito que podemos encontrar del uso de este tipo de edulcorantes es que no incrementan la glucemia ni los niveles de insulina en la sangre, por lo que pueden ser una alternativa para las personas que viven con diabetes.
Ayudan al mantenimiento de la mineralización de los dientes, ya que al no ser fermentables no contribuyen al desarrollo de caries dental Ofrecen más opciones dulces para todas las personas, incluyendo aquellas con diabetes. Se asocian a una ingesta inferior de calorías y una alimentación más saludable.
