Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

martes, 21 de noviembre de 2017

Merkel fracasa y Alemania queda sumida en la incertidumbre

Por Diana M.

Alemania se suma en la incertidumbre. Las elecciones del 24 de septiembre ratificaron a Angela Merkel como la líder política más importante del país, y se abrieron las puertas del Parlamento (Bundestag) a la ultraderecha. Pero, al propio tiempo, con el sufragio se destruía la coalición gobernante entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Socialdemocracia (SPD), quedando la poderosa economía europea a la deriva.

La opción del momento, la mejor para Merkel y sus aliados, era componer una nueva coalición (la "Jamaica", por sus colores) con los liberales (FDP) y los verdes (Grüne), de forma que se lanzara a la Canciller a su cuarto mandato. Pero, cinco semanas de intensas pero infructíferas negociaciones demostraron que las divergencias en materia de inmigración o estrategias contra el cambio climático, pesaban más que un buen consenso.

"Es mejor no gobernar que gobernar mal", dijo Christian Lindner, líder del FDP, ante las cámaras de televisión de Alemania, una vez hecho público el desacuerdo.

Por su parte la canciller alemana, quien al parecer tenía puestas todas sus esperanzas en las negociaciones dejó claro que “intentamos todo para lograr una solución. Creemos que estábamos en un camino en el que podríamos haber llegado a un acuerdo”.

Uno de los líderes de los Verdes responsabilizó absolutamente al FDP de haber estropeado el diálogo, luego de haber llegado a consensos incluso en temas tan sensibles como el de los refugiados.

Ahora Alemania se enfrenta a un período de incertidumbre con dos opciones fundamentales, ninguna de ellas garantía excepcional para la mandataria. La primera de ella sería descartar la formación de una coalición y avanzar sobre un gobierno en minoría de la CDU. Con esta alternativa la canciller sería elegida en el Bundestag con el apoyo de FDP, los verdes e incluso el SDP, pero aun así no la respaldaría una mayoría propia, por lo que necesitará negociar con cada partido para aprobar cada ley. Tratándose de Alemania, y de la Merkel, con su acostumbrada política dura, ello generaría mayor inestabilidad de la acostumbrada en sus 12 años de gobierno.

Y la segunda opción implicaría convocar a nuevas elecciones con la expectativa de mejorar el relativamente bajo desempeño de la CDU, quien continúa siendo la fuerza más votada, pero con una pérdida significativa con respecto a la elección anterior.

Es de esperar que esta sea la opción menos valorada por Merkel, pues representaría el riesgo de que la ultraderecha (AFD) mejore su sorprendente actuación de septiembre, cuando logró el tercer lugar, y sume más parlamentarios.

De cualquier modo la decisión final está en manos del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, el único en potestad de aceptar un gobierno en minoría de Merkel, incluso sin alcanzar la mayoría de los votos, o disolver el Bundestag y convocar a elecciones.