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domingo, 12 de noviembre de 2017

Miles de pinturas taínas invaden el Caribe

Por Yamy

Un equipo conformado por arqueólogos ingleses de las universidades de Leicester y Cambridge, así como del Museo Británico y del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico, han descubierto gran cantidad de dibujos de la cultura taína realizados en los siglos XIV y XV. El hallazgo tuvo lugar en las paredes de unas 30 cuevas de la isla deshabitada de Mona, en el mar Caribe, donde, aparentemente, vivieron auténticos artistas antes de que Cristóbal Colón llegara a sus tierras. Se trata de la concentración más grande del mundo de arte taíno y se ubica en una pequeña y remota isla del Caribe, llamada Mona, un territorio deshabitado que se encuentra en el estrecho entre Puerto Rico y República Dominicana.

Los taínos fueron un pueblo precolombino que habitó la desembocadura del río Orinoco, actual Venezuela, y que logró expandirse por la región a las Bahamas, las Antillas Mayores y el norte de las Antillas Menores. Fueron los primeros nativos americanos con los que se encontró Colón en su viaje errado hacia “las Indias”. Sin embargo, a pesar de los tantísimos años que han transcurrido desde entonces, nunca fueron descubiertas las extraordinarias pinturas rupestres de la isla Mona, la mayor concentración de arte precolombino en el Caribe.

De momento los expertos han revelado que se han encontrado con miles de pinturas y dibujos taínos que reflejan cabezas de animales y rostros humanos, muchas veces híbridos, mezclados y entrelazados con figuras y patrones geométricos y curvilíneos abstractos, todo desconocido hasta la fecha. Lo curioso es que solamente han sido exploradas 30 de las más de cien cuevas que posee la isla de Mona, y por tal motivo es muy probable que en el futuro se realicen más descubrimientos. Hasta ahora la mayoría de las encontradas datan de los siglos XIV y XV.

Gracias a la investigación se han puesto al descubierto un grupo de técnicas que fueron utilizadas para la elaboración de esas pinturas rupestres, y por supuesto se trata de técnicas que son muy arcaicas; entre ellas destaca el uso de excremento de murciélago o guano. Se ha podido saber, por ejemplo, que durante décadas absorbió minerales de origen natural de color amarillo, marrón y rojo proveniente los suelos de las cuevas. Los pobladores de entonces a veces agregaban resina vegetal para que la pintura se pudiera adherir a las paredes de la cueva.

Aparentemente la técnica era sencilla, pero bastante eficaz porque los dibujos han resistido y permanecido durante más de 500 años en buenas condiciones a pesar del ambiente de las cuevas. En la religión y la sociedad taína las cuevas ocupaban un papel fundamental. De acuerdo con la mitología taína, las cuevas eran consideradas el origen de los primeros humanos, y también de la Luna y el Sol. Además, las cuevas se usaban frecuentemente como zonas de entierro, y era común que se les viera como espacios donde los espíritus ancestrales y las deidades podían comunicarse con los seres vivos.

Los especialistas afirman que se cree que la repercusión de la cultura taína rebasó las costas de la isla Mona y que tuvo una importancia religiosa, además de ceremonial y ritual para las civilizaciones del Caribe central, en especial, en la zona que ahora se conoce como Puerto Rico y la República Dominicana, pues existen evidencias arqueológicas precolombinas que vincula culturalmente a lo hallado en la isla de Mona con ambos lugares.

Es gracias a la civilización taína que en su momento los europeos consiguieron descubrir el caucho, el tabaco, las patatas, el maíz dulce y muchas frutas. También de aquella cultura provienen muchas palabras modernas del lenguaje español, tales como “canoa”, “hamaca”, “tabaco”, “huracán”, “maíz”, “patata”, “guayaba”, “papaya”, “sabana” y “barbacoa”, entre muchas más; son préstamos lingüísticos que el Español tomó del idioma taíno. De esta manera, también los nombres de muchos pueblos y ciudades en el Caribe se originaron en la cultura taína, por ejemplo, el nombre de la región del Caribe es de procedencia taína, así como muchos nombres propios de personas que se usan aún en esa zona.

Un observador español de a principios del siglo XVI dejó escritos donde describía las ceremonias taínas donde los participantes entraban en trance debido al consumo de semillas de plantas especiales. Durante esos procesos alucinógenos, los chamanes taínos buscaban comunicarse con sus antepasados ​​y deidades de la comunidad. Los expertos manifiestan que es posible que el arte rupestre de la isla Mona haya sido propiciado por las antiguas drogas alucinógenas que comúnmente utilizaban.

El trabajo arqueológico resulta de gran importancia en la actualidad no solo para mostrar al mundo, en general, las notables representaciones artísticas de una cultura ya perdida, sino también para ayudar a los descendientes de los taínos a que conozcan mejor sus orígenes.