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miércoles, 8 de noviembre de 2017

Para el cerebro, no dormir equivale a emborracharse

Por LisyFa

Cada vez existen más estudios acerca de cómo el sueño hace daño a nuestro organismo, y muy especialmente al cerebro. Ahora, una investigación de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de Los Ángeles, en California, Estados Unidos, junto a la Universidad de Tel Aviv, en Israel, corrobora que la falta de sueño tiene un impacto severo en la manera en la cual funciona el cerebro, con consecuencias potencialmente peligrosas en la vida diaria. Para el cerebro, no descansar apropiadamente es como excederse bebiendo alcohol.

Según explicó Itzhak Fried, líder del trabajo, a la revista Nature Medicine, cuando “matamos de hambre (de sueño)” al cerebro también privamos a las neuronas de su capacidad para funcionar adecuadamente, con lo cual se allana el camino para los lapsos cognitivos de cómo percibimos y reaccionamos ante el mundo que nos rodea.

Para llegar a sus resultados, los investigadores trabajaron con 12 personas con epilepsia. Todos los participantes tenían implantes de electrodos en sus cerebros, para así poder registrar dónde se originaron sus ataques epilépticos en el período previo a la cirugía. Como parte de su evaluación, las convulsiones fueron inducidas por insomnio, manteniéndose despiertos toda la noche hasta que experimentasen un ataque, de cara a que la actividad eléctrica en el cerebro pudiese ser debidamente registrada.

En el experimento, los participantes recibieron una tarea de categorización en la que tuvieron que ordenar diferentes imágenes en distintas categorías lo más rápido posible. Mientras realizaban esta tarea, los investigadores se enforcaron en la actividad eléctrica en el lóbulo temporal, que se ha asociado con la memoria y el reconocimiento visual.

Los científicos observaron que cuanto más somnolientos y cansados estaban los participantes, más difícil les resultaba la tarea y más lenta era su ejecución. La privación del sueño amortigua la actividad de las células cerebrales, que se vuelven “lentas” y, así, se ve afectada la comunicación neuronal.

El insomnio, por tanto, provoca que la actividad de los cerebros extenuados por el cansancio sea somnolienta.

Los científicos también descubrieron que las células cerebrales que tardan más tiempo en responder se asocian con ondas cerebrales más lentas, como las que normalmente se registran durante las fases del sueño, y que esta actividad a cámara lenta se ubica en las mismas regiones del cerebro.

Los investigadores comparan la falta de sueño con beber en exceso, y sugieren que se deben tomar medidas más adecuadas contra la conducción cansada.