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lunes, 20 de noviembre de 2017

Solidez incontestable del Barça en Butarque

Por Aliet Arzola

Los críticos del Barcelona dirán que este equipo de magia solo le queda Messi, pero a la vez tendrán que morderse la lengua por la solidez incontestable del conjunto catalán, que sigue con ritmo de crucero rumbo a un nuevo título liguero. Hoy, el único obstáculo de cara al alirón es el Valencia, que en una temporada sorpresa observa en el retrovisor al Madrid, al Atlético y al Sevilla, retadores naturales de los azulgranas.

La última puesta en escena del plantel comandado por Ernesto Valverde llegó en Butarque y no se suponía tan complicada, pues los pepineros flotan en el medio de la tabla, lejos del descenso, pero también de los puestos europeos. Si bien sus números no eran un desastre, en los dos últimos partidos habían perdido 0-3 con el Valencia y empatado a dos con el Eibar, uno de los colistas. El panorama, como quiera que se mirara, parecía positivo para los catalanes, en cuyas filas Messi llegaba descansado al no jugar en la enésima derrota de Argentina (2-4 ante Nigeria), mientras Rakitic, al igual que Modric, disfrutaba la tranquilidad de asegurar su presencia en el Mundial.

Con esas fichas a favor, unido al tremendo momento de Jordi Alba y la frescura de Luis Suárez, también descansado, el Barca percutió en Butarque, justamente con dos dianas del uruguayo, quien rompió una sequía goleadora de casi 500 minutos, impropia de un delantero con su ambición. Esta vez su escudero no fue Messi, como usualmente ocurre, sino Paco Alcacer, quien se mantuvo en el once luego de anotarle par de tantos al Sevilla. Con Dembelé lesionado, el ariete parece haberle ganado la partida de tercer atacante a Deulofeu, premio que tal vez llega a destiempo, porque Valverder marginó a Alcacer durante muchas jornadas.

No obstante, el fútbol le ha dado la oportunidad de demostrar sus virtudes, y ante el Leganés fue el autor intelectual de las dos primeras anotaciones, con par de disparos que el meta Pichu repelió y dejó a merced de la furia de Suárez. Sin brillo, el Barça controló los destinos del pleito y liquidó las acciones con otro tanto de Paulinho, que no es el brasileño típico, pero ya ha anotado más goles que Benzema y Cristiano juntos. Así las cosas, los catalanes no corrieron demasiados riesgos, en gran medida porque Valverde no se reservó a ninguna de sus figuras antes del crucial partido contra el Valencia, dentro de una semana. El detalle le costó una amarilla a Piqué, quien, si no lo salvan las apelaciones, se perderá el encuentro de Mestalla.