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sábado, 4 de noviembre de 2017

Una contaminación matadora

Por Nilyam

La contaminación provoca más muertes que la cantidad de personas fallecidas por la guerra, el hambre, y enfermedades como la malaria y el SIDA. Esta aseveración es el principal resultado al que llegó un estudio realizado sobre el impacto de la contaminación global en la salud pública, el cual fue publicado con gran detalle por la revista médica británica The Lancet. La publicación reveló que el aire, el agua y el suelo tóxicos ocasionan la muerte prematura de 9 millones de personas al año, y que Estados Unidos y Japón encabezan la lista de mayor número de muertes por contaminación.

 

La investigación, que se basa en datos aportados por el proyecto Global Burden of Disease de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló que la contaminación es tan peligrosa que representa un gran peligro para la supervivencia de las sociedades humanas, pues representa el 16% de las muertes en todo el planeta, una cifra que se traduce en15 veces más que los decesos debido a situaciones de guerra y conflicto, y tres veces más que las muertes ocasionadas por el SIDA, tuberculosis y malaria combinadas. En el caso de la contaminación, las enfermedades que produce, como del corazón, derrames cerebrales y cáncer de pulmón, son las que se asocian mayormente a estas muertes.

En el trabajo se indica que la peor contaminación es la atmosférica, generada por los vehículos o las actividades industriales. Esta es responsable de aproximadamente 4,5 millones de muertes anuales, casi la mitad de las muertes relacionadas con la contaminación. Dicha cifra, según los expertos, no dejará de aumentar en los próximos años, y estiman que los fallecimientos en el sudeste asiático se dupliquen para 2050. Otras 2,9 millones de muertes provienen de la contaminación del aire interior, que llega a través de las estufas de leña existentes en los hogares, y del agua tóxica, responsable de otras 1.8 millones de muertes por año.

La población que mayor riesgo tiene ante los efectos de la contaminación es la infantil. Los niños son los más propensos a sufrir enfermedades vinculadas a la contaminación, puesto la exposición durante los momentos clave del feto pueden hacerlos enfermar, crearles una discapacidad y hasta provocarles la muerte (aunque sean dosis pequeñas de contaminantes). Philip Landrigan, coautor del trabajo, concreta que la contaminación es mucho más que un desafío ambiental: es una amenaza profunda y omnipresente que afecta muchos aspectos de la salud y el bienestar humanos, y que por ende merece la plena atención del mundo.