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lunes, 27 de noviembre de 2017

Una mirada social al transporte de drogas

Por thais

Diariamente escuchamos las noticias de incautaciones de cargamentos de droga y la detención de las personas implicadas de numerosas nacionalidades. Precisamente el delito de tráfico de drogas es uno de los más castigados en las diferentes legislaciones, ya que son delitos que constituyen amenazas al bienestar de los seres humanos. Siendo a asu vez unos de los negocios más rentables a nivel mundial, con la obtención de miles de millones de dolares, así como la creación y consolidación de una élite narcotraficante que además gestiona la conformación de otros delitos como la trata de personas y la prostitución, entre otros . El incremento de estos delitos año tras año así lo demuestra.

Las penas por estos delitos varían en dependencia del tipo de droga que se trafica y las consecuencias que estas acarrean para la salud de los consumidores. En algunos países se castigan a los implicados hasta con 12 años de prisión por este tipo de delitos. Los bufetes privados de abogados se encargan, mayormente, de la defensa legal que presentan los detenidos por estos delitos, entre varias razones, debido al alto nivel económico que pueden alcanzar los narcotraficantes, así como también, el rechazo social que adquieren estas transgresiones; motivo por el cual una defensa por parte del Estado no es conveniente.

Sin embargo, algunas investigaciones reconocen, que los perfiles de los detenidos distan de este imaginario de narco bien posicionado en la escala social. Estadísticamente los detenidos en este tipo de delitos, la mayoría de las veces corresponden a un grupo poblacional de hombres jóvenes que viven y se desenvuelven en barrios marginales y pertenecen a familias disfuncionales, que no son consumidores de drogas, pero sí trafican con pequeñas cantidades. Esto demuestra que la tendencia, en cuanto a la detención por estos delitos, apunta a la marginalización de este sector. Por lo que se hace necesario llamar la atención sobre los efectos que la criminalización de este sector, teniendo en cuenta que muchas de las personas relacionadas a estos hechos presentan condiciones sociales, económicas y de vida significativamente desfavorables.

Recurrir excesivamente a las penas de privación de libertad para sancionar los delitos leves relacionados con drogas no sirve para reducir la reincidencia en los mismos, y además sobrecarga el sistema de justicia penal, lo cual les impide ocuparse con eficacia de los delitos graves. Por lo que las soluciones no giran precisamente en el sistema penal, sino más bien en la mejora de las condiciones sociales del entorno de los implicados, a través de la política social y el aumento de investigaciones de este tipo, con el objetivo de transformar la realidad de estas personas. Es necesario un cuestionamiento de las políticas y medidas prohibicionistas en cuanto a la venta, transporte y consumo de drogas, ya que los delincuentes son víctimas de un mal funcionamiento de la estructura social y es ahí donde hay que concentrar la atención en el trabajo social, regional y comunitario. Además de otorgarle la atención adecuada por parte de las autoridades nacionales e internacionales a los verdaderos actores de estos delitos. Aunque sabemos también que esta solución resulta un tanto ilusa porque este grupo también pertenece al 1% que controlan el planeta.

Recordemos también que con el desarrollo de la tecnología, los medios de comunicación y principalmente las redes sociales el transporte y consumo de drogas se hace considerablemente fácil. La existencia de el ‘’Internet oculto’’ o la ‘’deep web’’ como también se le llama propician que estos delitos se cometan impunemente, ya que es casi imposible identificar a los vendedores y consumidores. Otra de las formas que se utilizan para el transporte de drogas, gracias a este avance tecnológico, son sitios como Amazon, donde la búsqueda se hace igualmente difícil, a pesar de que la identificación de los usuarios.

Por otra parte debemos reconocer que en la mayoría de las ocasiones el transporte de estupefacientes se realiza como parte del crimen organizado, los denominados carteles que algunos se escapan de los marcos nacionales, encontrándose asociadas también a otro tipo de delitos como el tráfico de personas, la prostitución, etc. Por lo que la defensa penal de los detenidos por el transporte de drogas, así como la valoración del delito, debe realizarse en correspondencia con el contexto social, las circunstancias e historias de vida del individuo, así como las consecuencias negativas que han acarreado para la comunidad y la sociedad en general.