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viernes, 1 de diciembre de 2017

90 cráneos y huesos humanos en el 87 de la Calle Atocha

Por Diana Lorenzo

Un suceso inesperado conmocionó a buena parte de Madrid. Una fosa llena de cráneos y huesos de al menos 90 personas, fue encontrada al centro de esa ciudad. Obreros que trabajan en la construcción de un centro de cultura y teatro en un solar del número 87 de la calle de Atocha, hallaron el peculiar enterramiento mientras laboraban.

Según especialistas los huesos son largos, y corresponden posiblemente a personas que vivieron a finales del siglo XVII al XVIII.

La directora general del Patrimonio regional Paloma Sobrini ha dicho a la prensa que «son unos hallazgos interesantísimos», refiriéndose al osario al excavar el patio contiguo a la antigua Iglesia de los Desamparados, del siglo XVII. Según se especula, la pieza procede de los enterramientos habituales de la época, en los patios de las iglesias. En aquel entonces, cuando el espacio interior del sagrado recinto se llenaba de cadáveres, «se hacía una monda, que consistía en juntar los huesos pasados unos años y llevarlos a una fosa común», explicó la funcionaria.

Los huesos de las 90 personas recién encontrados, se enterraron en el patio entre esta iglesia del Siglo de Oro y la Sociedad Cervantina. «Es una parcela muy interesante, con muchísima historia, porque allí estaba la imprenta de Juan de la Costa, que editó en 1605 el primer ejemplar del Quijote en papel del batán de El Paular, que traían en carros a Madrid, a esta imprenta».

La práctica resulta habitual. En Madrid, cuando se van a realizar excavaciones, obras y cimentaciones en el conjunto histórico, los ejecutores de la obra deben pedir autorización a la Dirección General del Patrimonio. En el caso de las zonas de alto valor arqueológico, como es el caso, están obligados a trabajar junto a un arqueólogo a pie de obra. Según han dicho las autoridades patrimoniales, los procedimientos con el descubrimiento de la calle Atocha se ha hecho con la supervisión de este profesional; actualmente los restos están en manos de un antropólogo, quien se encuentra estudiando los restos para determinar «si son familias, hombres, mujeres, si estaban enfermos o murieron de muerte natural».

Una vez finalizado el estudio, se trasladarán los huesos al Museo Arqueológico Regional, con sede en Alcalá de Henares. Como parte de la investigación, se ha descubierto también al norte de la parcela una parte de un refugio de la Guerra Civil Española, a más de 8 metros de profundidad.