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domingo, 3 de diciembre de 2017

Charles Wrigth Mills, una lectura indispensable en las ciencias sociales

Por thais

La imaginación sociológica es el título de una de las obras más importantes en la Sociología, como Ciencia Social. Su autor Charles Wright Mills es considerado como uno de los sociólogos más importantes en la teoría crítica ya que el objetivo de esta disciplina, hasta ese momento se centraba en comprender y explicar los hechos y procesos sociales y no en establecer un crítica científica a estos procesos en la sociedad moderna como hace este autor en ‘’La imaginación sociológica’’. Esta obra publicada en 1959, contribuyó a integrar la separación que existía desde el pensamiento entre individuo y sociedad y por tanto a observar ambas categorías como parte de una misma realidad.

Según el autor la imaginación sociológica es una cualidad mental que nos ayuda a usar la información, que obtenemos a partir de la interacción social y a partir de esto desarrollar una razón para elaborar recapitulaciones claras de lo que ocurre en el mundo y de lo que está ocurriendo dentro de nosotros mismos. Esta cualidad permite a su poseedor comprender el escenario histórico, el contexto específico en el que el individuo se mueve en cuanto al significado que el actor le ofrece según sus experiencias de vida y sus conocimientos científicos y cotidianos y para la trayectoria del resto de individuos de los grupos donde cada uno de nosotros nos insertamos.

La primera lección es la idea de que el individuo solo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino ubicándose a sí mismo en su época, y solo puede conocer sus propias posibilidades en la vida si conoce las de todos los individuos que se encuentran en las mismas circunstancias. Esta cualidad permite al inviduo captar la relación entre historia y biografía y la estrecha relación que tienen ambas dentro y con la sociedad. Esa es su tarea y promesa. Esta imaginación es la capacidad de pasar de una perspectiva a otra; es la capacidad de pasar de las transformaciones más impersonales y remotas, las más generales a las características más íntimas del yo humano, las más individuales y de ver las relaciones entre ambas perspectivas, lo cual permite obtener una visión integradora de la realidad social en la que también estamos inmersos.

‘’La imaginación sociológica es la forma más fértil de la conciencia de sí mismo’’, explicaba el autor. La distinción quizás más valiosa con que opera la imaginación sociológica es la que hace entre “las inquietudes personales del medio” y “los problemas públicos de la estructura social”. Esta distinción es un instrumento esencial de la imaginación sociológica y una característica de toda obra clásica en ciencia social. El enunciado y la resolución de esas inquietudes planteadas corresponde propiamente al individuo como entidad biográfica y dentro del ámbito de su ambiente social más inmediato; los valores considerados buenos por un individuo le parecen a éste que están amenazados, es decir tanto los valores como uno mismo se siente amenazado, porque a veces no se encuentra correspondencia entre estos valores y los hechos sociales actuales. Los problemas se relacionan con materias que trascienden del ambiente local del individuo y del ámbito de su vida interior. Un problema es un asunto público; se advierte que está amenazado un valor positivo, considerado importante por la gente. Un problema implica muchas veces una crisis o cambio en los dispositivos institucionales, y con frecuencia implica también lo que los sociólogos marxistas llaman “contradicciones” o “antagonismos”.

Darse cuenta de la idea de estructura social y usarla con sensatez es ser capaz de descubrir esos vínculos entre una gran diversidad de medios; y ser capaz de eso es poseer imaginación sociológica. Cuando la gente presenta un paquete de valores y no advierte, por parte del medio externo ninguna amenaza, experimenta el bienestar. Cuando la gente no siente estimación por ningún valor ni percibe ninguna amenaza se siente indiferencia y si, a diferencia de lo anterior se experimentan amenazas que afectan todos y cada uno de los valores que tenemos se convierte en apatía. Si no se siente amenaza y de igual forma se estima ningún valor, entonces se experimenta una sensación de malestar. Pasa a dejar de haber una vida individual, para dar paso a una vida social. . La primera tarea política e intelectual del científico social consiste hoy en poner en claro los elementos del malestar y la indiferencia contemporáneos, por lo que la imaginación sociológica es una cualidad mental necesaria hoy en día en esta sociedad.