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domingo, 10 de diciembre de 2017

El infarto, un sufrimiento directamente proporcional a la polución

Por ElizabethF.

No crea que el asunto de la contaminación se queda solo en que los días se ven más grises y el aire se enrarece. Constantemente aparecen pruebas de que nada bueno trae la polución, y parece que nuestro corazón no se queda fuera de los perjuicios. Y es que un reciente estudio acaba de demostrar que justamente en estos días de mayor contaminación, se producen también más infartos graves. La investigación, llevada a cabo por los expertos del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares, de conjunto con el Vall d’Hebron Barcelona Campus Hospitalari ha demostrado que en aquellos días en que los niveles de contaminación atmosférica se encuentran más elevados en el área metropolitana de Barcelona, se han producido más ataques de corazón.

De ahí la conclusión de los expertos, que alertan que para las personas que presentan factores de riesgo, los picos de contaminación podrían ser especialmente peligrosos y convertirse en el desencadenante que eleva la probabilidad de sufrir un infarto cardiaco.

Durante mucho tiempo los expertos se han hecho la pregunta de porqué alguien se infarta un día en específico y no otro día cualquiera; y en ese empeño la ciencia ha estudiado a fondo el papel que juegan factores de riesgo como la hipertensión o el colesterol en las enfermedades cardiovasculares.

Ahora, en el caso de los ataques de corazón, específicamente ¿cuál es el detonante, el gatillo que provoca que un día en concreto se forme ese peligroso coágulo que obstruya la arteria y puede llevarnos a la muerte?

El estudio, que fue publicado en la revista Internacional Journal of Cardiology, se destacó porque los especialistas emplearon los estadísticas del registro Codi IAM (Código Infarto de Miocardio), sistema que recoge datos de los pacientes que sufren un ataque de corazón en Cataluña.

Para ser más específicos, incluyeron en la muestra del trabajo los datos de pacientes que sufrieron un infarto entre enero de 2010 y diciembre de 2011. Y lo interesante es que lograron entrecruzar en ese mismo periodo de tiempo, estos datos con los registros metereológicos y de contaminación atmosférica proporcionados por el Servei Meteorològic y el Servei de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya.

Menuda sorpresa se llevaron los expertos al comprobar que los resultados obtenidos del cotejo de los datos, indicaron con claridad que la contaminación causa un aumento de infartos de miocardio. Pero además, ello ocurre con una obstrucción total de la arteria coronaria, es decir, que la polución hace que sean más graves.

De acuerdo con el autor principal del estudio, en correspondencia con lo anterior, explica Jordi Bañeras, cardiólogo del Hospital Universitario Vall d’Hebron, investigador del CIBERCV en el Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), los infartos de este tipo que se producen los días con altos picos de polución presentaron un mayor índice de mortalidad, por lo general en las primeras 24 horas tras desatarse el evento, y mostraron un mayor índice de fibrilación ventricular, la cual es un tipo de arritmia letal.

La nueva investigación constituye desde ya un referente en el tema, pues hasta la fecha pocos eran los estudios que se habían realizado sobre la relación entre la contaminación atmosférica y el riesgo que esta supone de infartos más graves, y los existentes tenían resultados dispares y también controvertidos.

Este es el primer estudio que demuestra que justamente la contaminación, tras un infarto grave, participa en la mortalidad en las primeras 24 horas tras desatarse esta eventualidad, y es la primera investigación que relaciona la contaminación con una mayor incidencia de arritmia letal, es decir la fibrilación ventricular, sostuvo Bañeras.

Con respecto a la contaminación del aire, el estudio contempló el análisis de sustancias como PM 10 ( aquellas sustancias menores de 10 micras de diámetro), las PM 2,5 (por debajo de 2,5 micras de diámetro), el óxido nítrico y el plomo. Resultó que la sustancia directamente más relacionada con los infartos es PM 2,5; que se emite a la atmósfera fundamentalmente, nada más y menos que por los tubos de escape de los motores diésel de los autos.

Apenas unos elementos para que la próxima vez que oiga hablar de políticas medioambientales, entienda que no solo se trata de aire puro sino de favorecer entre otros aspectos la salud del corazón de los ciudadanos.

De acuerdo con el propio estudio, entre los años 2010 y 2011, la concentración media de PM 2,5 en las zonas de Barcelona con mayor índice de contaminación fue de 20,1 μg/m3. Estos niveles no parecen haber variado desde entonces. El riesgo sigue entonces ahí, y ya sabemos que muchas veces no se rebasa el día.