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domingo, 3 de diciembre de 2017

El museo The Bass reabre sus puertas

Por Julio Zambra

Después de una ausencia de más de dos años, The Bass, el pequeño pero importante museo de arte de Miami Beach, abre en un entorno renovado que marca un nuevo y audaz comienzo para esa institución de 53 años. El museo, que pertenece a la ciudad y es operado con fondos privados –ahora rebautizado simplemente como The Bass– estrenó una renovación y expansión por un valor de $12 millones que cimentará un cambio gradual de su colección inicial con los Grandes Pintores hacia el arte contemporáneo de avanzada. El proyecto, financiado en parte por una donación de $7.5 millones de la ciudad y regalos de $1 millón de las familias Lindemann y Cejas, aumentó el espacio utilizable del museo en un 50 por ciento y duplicó el número de galerías de exposiciones a ocho.

A partir de ahora, La Coronación de la Virgen de Botticelli, de 1492, junto con los preciados Rubens, El Greco y Van Dyck, compartirán un mayor espacio en la galería, mientras ‘dialogan’ con exposiciones rotatorias de artistas actuales. Es una yuxtaposición inusual que podría ayudar a resaltar The Bass en una lista cada vez más concurrida de museos locales y colecciones privadas que muestran arte contemporáneo. El próximo en el debut, a tiempo para la feria Art Basel/Miami Beach a principios de diciembre: el nuevo edificio del Instituto de Arte Contemporáneo en el Design District de Miami. Para los visitantes de The Bass, la reconfiguración de la casa emblemática con estilo art deco del museo original de 1930 y el espacio que hace 16 años le agregó el famoso arquitecto japonés Arata Isozaki, significa poder admirar más obras en exhibición así como también un espacio interior más abierto y acogedor, dijo la directora Silvia Karman Cubiñá.

Una terraza en el patio, que estuvo expuesta a las inclemencias del tiempo, es ahora una gran cancha acristalada para instalaciones artísticas y eventos del museo. Una pared de vidrio de 30 pies de altura donde se encuentra la entrada está enmarcada por dos grandes árboles antiguos. Diseñado por el famoso arquitecto de Russell Pancoast, nieto del fundador de Miami Beach John Collins, un techo de vidrio y acero descansa parcialmente, y de forma respetuosa, en lo alto del histórico edificio de los años 1930. Se han conservado desde la dovela original en el exterior del edificio hasta las gaviotas que sobresalen en una esquina que semeja una torre. El centro educativo del museo se expandió de manera significativa al incluir lo que había sido un área vacía debajo del ala elevada creada por Isozaki, lo que permitió añadir una segunda aula y un laboratorio de multimedios. Una gran sala de conferencias nueva, equipada con proyección y sonido integrados, sirve además como teatro. La renovación también devuelve formalmente el acceso principal del museo a su imponente entrada art deco que da al Collins Park y la avenida Collins y, más allá, a la playa. Diseñado por el arquitecto neoyorquino David Gauld, la remodelación de The Bass tiene el visto bueno de Isozaki, quien esta vez actuó como arquitecto consultor. Gauld trabajó para Isozaki en la expansión de 2001.

Para ayudar a llenar las nuevas galerías, Karman Cubiñá y el presidente de la junta de The Bass, George Lindemann, están encabezando un programa de adquisición de arte de $4 millones que ya se ha incorporado a la característica exterior del museo: un cartel con letras de neón rosadas que dice “Eternidad ahora”, una obra de Sylvie Fleury ubicada sobre la entrada principal, mientras que la multicolor Montaña de Miami, una torre escultórica de Ugo Rondinone, ocupa su espacio en Collins Park. Otras adquisiciones nuevas que se exhibirán a partir del domingo incluyen Dial-a-Poem, obra del poeta y artista John Giorno que consiste en un viejo teléfono giratorio con el que los visitantes pueden hacer exactamente lo que sugiere el título, y Petrified Petrol Pump, escultura de específicamente ese material, confeccionada por el dúo artístico con sede en Puerto Rico Allora & Calzadilla. También a la vista hay una exposición que llena la mayor de las galerías con coloridas figuras de payaso de tamaño natural, de Rondinone, y una combinación de obras contemporáneas de Pascale Marthine Tayou entrelazadas con obras maestras de la colección del Bass.

El reposicionamiento del Bass es solo el último de una serie de transformaciones de lo que fue el primer espacio para exhibiciones de arte en todo Miami. El edificio, una de las estructuras de art deco más antiguas de Miami Beach, albergó originalmente una biblioteca pública y un centro de arte, y se amplió en 1937 y nuevamente en 1950. El diseño de Isozaki originalmente requería un ala adicional que nunca se construyó. Se suponía que la rampa que se eliminó debía unir las dos nuevas alas.

El contenido del museo, que ahora comprende unas 2,000 piezas, y su enfoque de colección también han cambiado a lo largo de los años. La familia Bass había invertido mucho en el arte barroco y de la era renacentista, incluida una colección de tapices espectaculares, pero los estudios de curadores en años posteriores encontraron que algunas obras eran falsas o estaban mal atribuidas. Aún así, los clásicos tesoros artísticos que alberga el museo, incluso en el edificio relativamente pequeño que existía antes de la expansión de Isozaki, fueron durante mucho tiempo una atracción de La Playa. Pero después de asumir el cargo de directora hace nueve años, Karman Cubiñá, con el apoyo de Lindemann, comenzó a cambiar el énfasis del museo al arte contemporáneo, principalmente a través de exhibiciones de trabajos prestados o exhibiciones itinerantes. El nuevo enfoque fue un éxito y ayudó a duplicar las visitas al museo durante cinco años antes de cerrar para la renovación.