El ruido, una mirada diferente
En ocasiones vivimos una vida llena de cotidianidad donde no nos percatamos de las cosas que diariamente nos hacen daño. El ruido es uno de esos agentes que hemos naturalizado y que solo percibimos como molesto en casos muy extremos. No solo estoy hablando del ruido como el sonido estruendoso que hasta nos puede asustar, hago referencia aquello que afecta nuestra estabilidad emocional como puede ser algo tan sencillo como el volumen del televisor. El ruido está en todos lados y más allá de lo que nos imaginamos. Este artículo te cambiará tu visión sobre lo pensabas que era el ruido, seguro te sorprenderás.
El ruido es estudiado por diversas ciencias, tales como la matemática, la física, la medicina y hasta por la Sociología. Lo que sucede es que muchos no consideran al ruido como un agente contaminante. El ruido causa daños a los seres humanos, provocando perturbación, estrés, daños auditivos, lo que es decir sus afectaciones no solo son a nivel biológico-fisiológico o a nivel psicológico, sino también como la afección del entorno y ecuanimidad social.
El mismo abarca diferentes escalas del sonido, existiendo ruidos propios de la naturaleza y ruidos creados por el hombre. Los ruidos de la naturaleza son aquellos propios de ella, tales como los volcanes, los huracanes, los ruidos de los árboles, etc. El ruido humano, está dado por extensión de la industria, a la urbanización de la tierra, la tecnología, etc. El ruido es capaz de crear agravios en la forma de socialización, comportamiento, desarrollo de una familia y en general de los seres sociales, porque si algo es muy claro para todos, es que el ruido es concebido como perturbador.
Existen otros ruidos, que no incluyen únicamente sonidos. Se considera como especie de ruido la confrontación entre las estepas de vida juventud y madurez, debido a que es una ruptura muy grande en la vida de las personas. Esto puede provocar problemas sociales de primer orden en los interiores de la familia multigenracionales y también en la sociedad en general. Pues los jóvenes con hábitos, manifestaciones, comportamientos y necesidades particulares, tienden a ser muy molestas para los adultos, creándose entre ambos el conflicto. Esto no excluye a los adultos como personas ruidosas, pero no es cierto menos cierto que los jóvenes son los que más tienden a provocar ruido y que no solo los puede afectar a ellos (sin embargo en muchas ocasiones no lo perciben), sino que afecta su entorno social y molesta las personas de su alrededor.
Existen además tipos de ruidos ubicados dentro de las actividades funcionales tales como el transporte público, la construcción, etc., pero que a pesar de ser ruidos “vitales” que en muchas ocasiones no somos capaces de distinguirlos como ruidos, sin embargo nos están afectando. Solo los distinguimos como ruidos cuando dejar de ser algo normal para nosotros y se convierten en algo molesto.
Pero como sabemos el ambiente sonoro ha cambiado considerablemente en los últimos tiempos debido a la gran urbanización y a los grados tan altos de industrialización en las ciudades. Trayendo consecuencia las grandes concentraciones de personas en las mismas, además de altos grados de aglomeración, situaciones de vidas precarias, barrios pobres y suburbanos etc. Todo esto a su vez ha contribuido al aumento de del ruido y a crear un ambiente desfavorecedor sonoroso, al punto de que se habla de la contaminación sonora debido al ruido en la ciudades. Las bocinas, los pitos, la construcción, el metro, los trenes, todo a lo que posiblemente estemos acostumbrados y hayamos construidos contamina el espacio en que nos desarrollamos.
Se hace útil hablar del carácter social ,histórico y transformador de los sonidos, de cómo los individuos a lo largo tiempo van incorporando sonidos a sus formas de vivir y también como se han ido perdiendo sonidos. Para comprender lo que les digo le pongo un ejemplo: Antiguamente en la mayoría de las actuales ciudades, antes pueblos, el sonido de la campanada de la iglesia se hacía esencial para muchos de sus habitantes, pues marcaba una hora , un determinado acontecimiento, pero las personas se han ido expropiando de este sonido tan fuerte. Las nuevas lógicas y formas de vivir y la extensión de la ciudades, ha traído consigo que se vayan incorporando nuevos sonidos , y entonces la campana de la iglesia en muchas ocasiones ha sido sustituida por cualquier tono de la alarma desde un teléfono móvil o desde un reloj despertador. Lo que pretendo mostrar con este ejemplo es la capacidad adaptativa del ser humano, que también se adapta a ruidos que contaminan sus oídos, su espacio y sus formas de socializar. De igual forma pasa con lo que se podría decir sonidos culturales, como algunos se pierden en el tiempo, se van incorporando otros, propios de una forma de desarrollo cultural y colectivo.
El ruido como tal es un agente que crea problemas, ya sea en el orden auditivo, psicológico, social, generacional. El ruido nos afecta sin darnos cuenta, el ruido no somos en ocasiones capaces de entenderlo. Las sociedades son cada día más ruidosas y perturbadoras del ambiente social y de las relaciones sociales. Es sin duda un agente contaminante de la vida del hombre.
