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sábado, 16 de diciembre de 2017

Envejecer aumenta las posibilidades de engordar

Por Elizabeth Almeida

La batalla contra la báscula es algo que atormenta a muchos a partir de cierta edad. El cuerpo de los 20 años que creías te acompañaría para toda la vida empieza a cambiar y los pantalones que antes tanto te favorecían ya no te pasan de las rodillas. La terrible curva de la felicidad, las pistoleras y el flotador parecen haber llegado para quedarse e instalarse definitivamente. Envejecer y engordar son dos cosas que generalmente van de la mano, aunque algunos científicos aseguran que el aumento de peso en la mediana edad no es necesariamente inevitable. La solución radica en encontrar una actividad física que te haga consumir grandes cantidades de energía.

Y es que engordar se asocia siempre al metabolismo que no es más que la forma en la que nuestro cuerpo consume energía. Un metabolismo lento es precisamente aquel que quema menos calorías en reposo de lo que se considera normal.

Cuando envejecemos, nuestro metabolismo se ralentiza considerablemente por una cuestión de supervivencia. Ya que las células queman los alimentos a un ritmo más lento tienden a aferrarse a la grasa, preparadas para poder contar con una reserva de la que echar mano si hace falta.

Pero también hay otras causas que no son tan conocidas y que también nos hacen ganar peso a medida que ganamos años. A continuación te mostramos algunas de las que considera el servicio de salud público británico, el NHS, como las principales razones que se esconden en el aumento de peso que no tienen que ver con nuestro metabolismo.

Con la edad llegan también los incómodos achaques y a veces aparecen varias enfermedades crónicas que nos encadenan a consumir remedios de por vida. El aumento de peso es un efecto secundario bastante común del consumo de muchos medicamentos. Según el NHS, los medicamentos más comunes que pueden influir en el aumento de peso son los esteroides, los antipsicóticos y la insulina, entre otros.

Por otra parte dormir poco no es bueno para nuestro cerebro pero tampoco lo es para nuestro peso y nuestra salud en general. El doctor Neil Stanley, experto del sueño del hospital universitario de Norfolk y Norwich asegura que hay un vínculo bastante fuerte entre la falta de sueño y la ganancia de peso. A medida que envejecemos tendemos a dormir mucho menos así que las probabilidades de engordar incrementan considerablemente. El doctor Stanley del servicio público británico confirma que dormir es vital para nuestra óptima salud física y mental.

En otro orden, sea por placer o porque nuestra salud no nos facilita tener una vida físicamente activa, ver televisión en exceso contribuye generalmente a una vida sedentaria. De acuerdo con los estudios verificados por el propio NHS, cuando estamos frente a la pantalla de nuestro TV muchas veces consumimos grandes cantidades de calorías que no necesitamos.

La nutricionista del servicio público Anna Suckling explica que la gente a menudo descubre que, mientras está sentado frente al televisor, consume alimentos con muchas calorías tales como las patatas fritas y el chocolate.

Esto se explica ya que a medida que nos hacemos mayores las responsabilidades también aumentan. Nos preocupamos mucho más y sufrimos más estrés. Una forma muy común de afrontar esa situación es comer más de lo que necesitamos y el azúcar es un alimento bastante recurrente. Tomar tentempiés azucarados sube bastante los ánimos y además es un aporte extra de energía pero hacerlo de manera habitual puede ser fatal para nuestra salud. Otras causas ya mucho más comunes y relacionadas con el metabolismo son la pérdida de músculo, la disfunción hormonal y el aumento ostentable de los niveles de azúcar en sangre.