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domingo, 3 de diciembre de 2017

¿Envejecimiento o juventud?

Por dianelysllorca

El envejecimiento poblacional es uno de los grandes retos y conflictos con que cuentan las poblaciones hoy en día, pero sin embargo es considerado como un gran logro dentro de cada sistema social debido al aumento de la esperanza de vida en la población. Por otro lado la juventud es la etapa de la vida que se considerada como la más importante, no solo porque es un largo periodo sino porque es nuestra etapa más productiva en todo el sentido de la palabra. Pero, casi siempre existe el temor a envejecer, sobre todo en los jóvenes ¿Por qué?. El problema consiste casi siempre porque se visualiza a la vejez como una etapa en decadencia, dicha visión expuesta en ocasiones por los jóvenes. El envejecimiento también puede ser productivo, puede ser además una etapa que genere beneficios tanto para la persona que envejece como para la sociedad en general. Entonces, ¿es envejecimiento vs juventud ?

El proceso de envejecimiento no es solamente un hecho biológico, sino que es un acontecimiento social y cultural conformado por distintos pensamientos e ideologías sobre la vejez. La población mundial marca un ritmo acelerado hacia la vejez y una disminución de la población considerada como joven. De ahí que la población considerada como vieja venga a tener un rol fundamental en nuestra actual sociedad y en la que se nos adviene.

En esta instancia los jóvenes de hoy cumplen un rol social muy importante ya que serán los adultos mayores del mañana. La vida es una sola, lo que sucede es que los humanos la dividimos por etapas, por lo tanto, tenemos que estar aptos para entender que lo que seamos capaces de hacer hoy nos beneficiará o no en el mañana. La juventud y el envejecimiento no son etapas contrarias ni están en discusión, son simplemente parte de un proceso de nuestra vida y por lo tanto deben tener el mismo nivel de importancia para nosotros. Nuestra capacidad de ser felices no depende de que seamos jóvenes o viejos, sino de cómo nos preparemos en cada una de estas etapas y de cómo seamos capaces de enfrentarla y vivirla.

El sentirnos jóvenes nos hace vernos fuertes, vigorosos, entusiastas pero también es nuestra más humilde demostración de inexperiencia, prepotencia o tan sencillo como la expresión de: "querer vivir nuestra propia vida". En este proceso algunos de nosotros cometemos muchos errores o malas prácticas que un futuro nos repercutirá y tomará presencia con el pasar de los años. Es en la juventud donde descartamos que la vejez puede también ser un proceso saludable y vigoroso, ya que muchos jóvenes consideran que todo lo bueno de nuestra vida debe pasar en la juventud. Dicha concepción existe desde hace muchos años, olvidando que la vejez es una etapa donde lo placentero también ocupa su espacio.

El hecho de llegar a los 60 años o más, estar jubilado convierte al adulto mayor en aquella persona que pierde su rol funcional en la sociedad. Esto no solo crea un aumento de las posibilidades en el mundo laboral hacia los jóvenes que se inician, sino que reduce las posibilidades de las personas mayores de sentirse capaces y preparados para llevar una vida autónoma. A su vez crea estigmas en los propios jóvenes que ven a las personas mayores como incapaces de valerse por sí mismas y por lo tanto visualizan a la vejez como una etapa triste y poco privilegiada de la vida.

Por otro lado cuando se asume a la vejez como una etapa productiva donde el adulto mayor es considerado como una persona importante para de la sociedad, y no desplazado por los jóvenes toma dicho tema cierta relevancia. Es aquí donde cada persona ya sea joven o adulta mayor desde su posición tiene que tratar de aportar lo mejor a la sociedad a la que pertenece, sintiéndose útil. La sociedad actual tiene que aprender que la vejez no es un proceso únicamente de retroceso, la sociedad actual debe plantearse la necesidad de unir fuerzas entre jóvenes y adultos mayores. La vinculación entre ambos debe ser estrecha ya que es una misma vida.

Es importante tener en cuenta que nuestros marcos legales no deben quitarle importancia a la persona que ha vivido más y entonces subvalorarlo socialmente. Es cierto que existe el anciano enfermo y dependiente pero también existe el anciano activo, trabajador al cuál no debemos de privar de sus capacidades. La juventud de hoy debe asumir los retos de la sociedad que envejece actualmente, porque en esa medida estarán facilitándose su futuro, cuando los años lleguen y los estigmas sociales los comiencen a considerar como viejos.