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jueves, 7 de diciembre de 2017

Fetichismo: una perspectiva a la relación a través de las cosas

Por javier10miniet

Una mercancía es todo "aquello que se puede vender o comprar", usualmente el término se aplica a bienes económicos. Es importante señalar que el concepto mercancía no solo hace referencia a aquello que se entrega, sino también al momento en que se entrega y al lugar donde se recibe: no es lo mismo recibir ahora mil euros y entregarlos dentro de un año (esto sería recibir un préstamo) que recibir mil euros y entregarlos a continuación (efectuar un pago). Tampoco es lo mismo comprar un kilo de naranjas que nos entregarían a cien kilómetros de nuestro domicilio -llevarlas a casa sería caro- que recibirlas en una tienda al lado de casa -el coste de transportarlas a donde las vamos a consumir es mucho menor. Claro que este término es definido por una enciclopedia colaborativa y tiene tela por donde cortar si lo analizamos desde el uso que le da Carlos Marx en el último apartado del tomo I del Capital El fetichismo de la mercancía y su secreto. Así estoy hoy… Filósofo.

Pero veamos primero como se define fetichismo: devoción hacia los objetos materiales, a los que se ha denominado fetiches. El fetichismo se considera una forma de creencia o práctica religiosa en la cual se considera que ciertos objetos poseen poderes mágicos o sobrenaturales y que protegen al portador o a las personas de las fuerzas naturales. Los amuletos también son considerados fetiches. Como decía, en el siglo XIX, Carlos Marx usó el término fetichismo para describir el fetichismo de la mercancía como uno de los aspectos principales del capitalismo. Hace referencia el autor a la relación entre fetichismo y mercancía a partir de que en la sociedad mercantil, los productores establecen una relación mediante la compraventa –por decirlo de alguna manera- de mercancías. Intercambio que es codificado por el valor o precio monetario de ellas. Entonces las mercancías se convierten en el sujeto de intercambio en vez de los productores. De esta forma es que surge este proceso como un trato social entre “cosas” y una relación objetiva entre las personas.

“Los objetos útiles –destaca Marx- adoptan la forma de mercancías (de manera) pura y simplemente, porque son productos de trabajos privados indepen­dientes los unos de los otros. Elconjunto de estos trabajos privados forma el trabajo colectivo de la sociedad. Como los productores entran en contacto social al cambiar entre sí los productos de su trabajo, es natural que el carácter específicamente social de sus trabajos privados solo resalte dentro de este intercambio”

El fetichismo de la mercancía como concepto creado por el autor, designa, de manera general al fenómeno social-psicológico donde las mercancías simulan tener una voluntad independiente de sus productores, un poco fantasmagórica.

Una relación entre las cosas y no entre las personas. Marx dijo que el fetichismo de la mercancía es algo intrínseco a las sociedades productoras de mercancías, ya que en ellas el proceso de producción se autonomiza de la voluntad del ser humano.

Además, señala que la economía política clásica no puede salir del fetichismo de la mercancía, pues considera a la producción de mercancías como un hecho natural y no como un modo de producción histórico y, por lo tanto, transitorio. De este fetichismo que se da en la producción y el intercambio de mercancías viene la sobreestimación teórica del proceso de intercambio sobre el proceso de producción. De ahí el culto al mercado de parte de algunos economistas, que consideran a la oferta y la demanda como determinaciones fundamentales del movimiento de la economía (ley de la oferta y la demanda).

Por supuesto, el autor pone ejemplos de sociedades no fetichistas respecto a mercancías, tal y como eran los siervos de la Edad media. Ahí el siervo trabaja para sí mismo y para el señor feudal siempre produciendo bienes para el consumo directo, y no mercancías.

Inocente sería pensar que no existe en la actualidad una relación fetichista en el mundo de la compraventa y del intercambio de mercancías. La dependencia hacia estos objetos y la relación de los hombres a través de las cosas es un proceso que Marx no defiende al contrario piensa que pertenecen a sociedades de productores de mercancías, cuyo régimen social de producción consiste en comportarse respecto a sus productos como mercancías, es decir como valores, y en relacionar sus trabajos privados, revestidos de esta forma material, como modalidades del mismo trabajo humano.

De allí la necesidad de la diferentes lecturas que se realizan en el texto de Marx, y la posibilidad que me da de efectuar una panorámica acerca de este tema, donde el espacio se hace insuficiente, ante el encuentro de diversas opiniones, según la investigación realizada para este artículo..

La particularidad de la sociedad capitalista -en relación a las anteriores formas de producción- es la fetichización de las relaciones de trabajo para la producción de mercancías, acota el autor.

Sus consecuencias fueron develadas por Marx cuando sostiene que, con la aparición del capital “El producto es fabricado como valor, como valor de cambio, como equivalente; ya no es fabricado según su relación inmediata, personal con el productor”. Este viene a ser como un esclavo de su necesidad tanto como de las necesidades del prójimo. Todo el poder ejercido por cada individuo sobre la actividad de los demás proviene de su posesión de los valores de cambio, del dinero, mediador de poder social. Cualquiera que sea la manifestación y naturaleza particular de su actividad, toda ella se convierte en valor de cambio, abstracción en la que se niega y se borra toda subjetividad.

Indagando entre artículos en Internet pude llegar a la conclusión que el fetichismo de la mercancía es algo intrínseco a la producción de mercancías –según expone Marx-, ya que en la sociedad mercantil el proceso de producción se autonomiza de la voluntad del ser humano. Tal autonomía solo desaparecerá cuando el ser humano controle de manera consciente al proceso de producción, lo cual es posible hacerlo aboliendo la propiedad privada de los medios de producción y transformándolos en propiedad común, y de esta manera aboliendo el carácter mercantil de los bienes preservando solamente su valor de uso. O sea, una revolución en las relaciones de producción y de distribución de los medios de vida. A manera de conclusión, y esperando, al menos dar una breve panorámica del tema, debiera decir que el fetichismo y la alienación tienen en común la separación dualista entre objeto y sujeto, en donde además invierte sus posiciones, y en donde el objeto “cobra vida” y ocupa el lugar del sujeto, y en donde el sujeto se vuelve una cosa. Pero además de esta similitud, se podría decir que se diferencian en que mientras en los manuscritos este fenómeno se da porque el trabajador pierde su esencia como sujeto, en el fetichismo de la mercancía este fenómeno tiene un por qué: la sociedad burguesa capitalista.

Repito y debo dejar claro que este artículo no pretendía ahondar de manera minuciosa en el vasto contenido de la teoría marxista y los principales temas de El Capital o del mismo Carlos Marx; tampoco detenerse en detalles como cada categoría que él expone y desarrolla; sino ver algunos aspectos referentes al análisis sobre la mecánica de las relaciones de producción en el sistema capitalista y sus consecuencias, haciendo foco en el fetiche de la mercancía que desarrolla en El Capital.

Según Samanta Levet, en el blog Modernidad estética y teoría critica, podría decirse que el fetichismo de la mercancía y su secreto “es el puntapié inicial de su obra para comenzar a revelar su contenido real, que comienza a desmontar la Economía Política burguesa por medio del análisis de fenómenos económicos (siempre desde sus cimientos histórico-sociales). Marx comienza este proceso en El Capital por medio de su análisis de la mercancía y su fetichismo ya que, para él, la forma mercancía es la forma más general y rudimentaria de la producción burguesa”.

Reflexionemos e interioricemos ¿no se podría decirse que la mercancía es un producto histórico y social pero que principalmente es fruto del trabajo de los hombres, que se percibe como valor, porque es el producto del trabajo humano abstracto? Esta tesis, planteada también por Levet, del valor y del fetiche de la mercancía, Karl Marx comienza a desmoronar teóricamente la estructura de la economía política. “Pretende y logra revelar el secreto y la esencia del capitalismo: el obtener una mercancía que se paga lo justo en su valor y en su uso, que crea cierta cantidad de valor que se obtiene como lo necesario para que se pueda reproducirla más un plus, la ganancia del capitalista”, destaca Samanta.