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martes, 5 de diciembre de 2017

Haití quiere ser de miel

Por Arango

Por increíble que parezca, Haití, una de las naciones más empobrecidas de la región de América Latina y el Caribe, y una de las que más severamente tiene afectado su patrimonio forestal, impulsa sin embargo un programa apícola. Y se dice increíble porque para que haya miel primero tiene que haber plantas y flores, algo que la iniciativa, que toma cuerpo de la mano de la Organización de Desarrollo Integral y Pesca Artesanal (PADI), ha tenido en cuenta.

Justamente el proyecto en el sector apícola busca reducir la tala de manglares en el Departamento Sur de ese país caribeño, donde la construcción de viviendas y la fabricación de carbón para sobrevivir han sido las principales causas que han llevado a la población a destruir el ecosistema del manglar año tras año. Por tanto, crear una actividad alternativa para generar ingresos es la apuesta que ahora mismo hace PADI, la cual debe tener un impacto económico a mediano y largo para los pobladores y resultar favorable para el medio ambiente de la isla más pobre del Caribe, y del mundo.

De acuerdo con la agencia de noticias Prensa Latina, los técnicos de esa organización colocaron en la zona un apiario y ofrecen sesiones de capacitación a los nuevos apicultores. Especialistas señalan que los manglares producen néctar y polen, mientras que la miel que se deriva de estos es muy solicitada por los consumidores por su color claro y sabor dulce. Otro añadido de fomentar este proyecto está en que el mangle protege las áreas costeras y florece en abundancia durante los periodos de sequía.

Aparejado a los empleos que generará la actividad, se encuentra otro de los proyectos de PADI, el cual propone enseñar a construir diferentes tipos de colmenas, lo cual ofrecerá también otras opciones a los fabricantes de artículos de madera de la zona.

En el pasado mes de abril la organización PADI junto al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente-Haití, iniciaron las sesiones de concientización en la zona, que tuvieron entre sus acciones las enseñanzas de las técnicas apícolas, el establecimiento de colmenares, y las indicaciones para la explotación, gestión y comercialización de la miel.

Los resultados dirán la última palabra, y serán los que permitan, o no, ampliar el proyecto el año próximo.