Honduras, país de protestas
Las protestas se multiplicaron este lunes en Honduras luego de que el Tribunal Supremo Electoral diera de manera oficial como ganador de las elecciones celebradas el 26 de noviembre al presidente Juan Orlando Hernández. Según el tribunal, el actual presidente obtuvo el 42,95% de los sufragios, mientras que el representante de la Alianza de oposición contra la dictadura, Salvador Nasralla, alcanzó el 41,42%.
En la capital del país y en varias ciudades del país la ciudadanía se fue a las calles y desde horas tempranas mantuvieron bloqueo de carreteras y caminos en rechazo a ese resultado fruto, según denuncias, de un fraude orquestado por Hernández en complicidad con el Tribunal Supremo Electoral.
Por otra parte, la Alianza lamentó la postura de la misión de Observación de la Unión Europea, al considerar que avaló el fraude electoral en contra de Nasralla. De igual forma ha condenado la posición tibia de la Organización de estados Americanos, que si bien reconoce las irregularidades e inconsistencias del proceso electoral, invitó a Naralla a Washington y, en el tránsito, se produce la confirmación del fraude al declarar el tribunal Supremo Electoral a Hernández como ganador. ’’Engañaron a Salvador Nasrall llevándolo a Washington’’, expresó la Alianza de oposición en un comunicado.
En tano, solicitaron a la ciudadanía no creer en ninguna de las versiones noticiosas y amarillistas que emita el gobierno y ante lo cual la coordinación general de la Alianza mantendrá debidamente informada a la población de las decisiones que adopte con respecto a la nueva situación y los nuevos cambios que acontecerán.
A su vez, el expresidente Manuel Zelaya llamó al pueblo a mantener la movilización, para en uso de lo establecido en el artículo III de la Constitución de la República, sea derrotado el régimen oprobioso, injusto y fraudulento de Hernández.
La situación hondureña se encuentra actualmente en un punto de extrema convulsión, el supuesto fraude electoral perpetrado por el reciente nombrado presidente Juan Orlando Hernández no hace más que encender la agitación entre izquierdistas y conservadores. Parece ser que la izquierda latinoamericana está en plena caída, ya que aumentan cada vez más los gobiernos conservadores y proporcionalmente van disminuyendo la satisfacción de la población con los penosos cambios experimentados en estas naciones.
