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lunes, 25 de diciembre de 2017

La abuelita centenaria amante de internet

Por cuchita

Una abuelita rusa, cuya edad supera los 100 años, es una diestra cibernauta conocida también como la ‘’abuelita hacker’’, ya que se mueve con mucha rapidez por el internet. Nadezhda Miagkij, nacida en 1916, encendió la computadora por primera vez hace cinco años y confiesa que tanto las redes sociales, como otros servicios de internen le han facilitado la vida.

Miagkij es veterana de guerra, nació un año antes de la Revolución Rusa, por lo que creció en medio de esta agitación acompañada también de la Primera Guerra Mundial. A pesar de la pérdida de su esposo durante la Segunda Guerra Mundial y su dura vida en soledad a cargo de sus hijos, la centenaria anciana cuenta con un sentido del humor impresionante y muestra una capacidad de superación que muchos jóvenes no tienen.

Con un ojo artifical, el único que le permite observar correctamente, la rusa asegura que su interés por la ‘’ciencia del internet’’, como le llama, despertó luego de haberse mudado a Bratsk, en Siberia, para no molestar a su hija. Desde entonces utiliza el internet para ver películas, conversar con sus familiares y amigos por Skype o escuchar música. Según la centenaria rusa estas son las actividades que más disfruta en su ordenador.

“Internet me da todo. Responde todas las preguntas sobre lo que podría no saber'. Estoy interesada. Y responde todo, me dice todo de inmediato. Aprecio Internet”, comenta Nadezhda, como si de un buen amigo se tratara. Agrega que los primeros conocimientos se los enseñó su nieta, también jubilada, hace cinco años. Señala además que no fue tarea fácil dominar el ordenador y mucho menos las redes, pero con cautela y perseverancia logro convertirse en una verdadera cibernauta muy activa en redes sociales. “Mi nieta no me dejó usar la computadora, no se fiaba de mí”, explica la rusa. “Tenía miedo de que yo rompiera algo o hiciera algo mal por mi curiosidad”.

Miagkij demuestra que la edad es solo un estado de ánimo y que no representa un impedimento para aprender cosas nuevas que nos beneficien en nuestra vida diaria, nos aporten conocimiento y recreación en los momentos de ocio. Esta agradable centenaria constituye un ejemplo de superación y de mente abierta a las transformaciones tecnológicas.