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lunes, 18 de diciembre de 2017

La derecha francesa tiene un nuevo jefe

Por Nursia

En la noche del pasado domingo se produjo un hecho que removió el panorama político en Francia de manera alarmante. Laurent Wauquiez se convertía en el nuevo líder de la derecha francesa con una mayoría aplastante, obteniendo el 74,64% de los votos de los integrantes del partido conservador Los Republicanos. De esta manera se inicia un proceso de reconstrucción de una organización que fue liderada en otro tiempo por Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Fillon. Wauquiez derrotó con relativa facilidad a sus dos contendientes, Florence Portelli, que consiguió 15.876 votos (16,11%), y Maël de Calan, que solo consiguió 9.013 votos (9,25%). El ascenso de Wauquiez está inexorablemente unido con los resultados de las elecciones primarias, que habían dejado en el camino a dos de las grandes figuras del conservadurismo nacional, Nicolas Sarkozy, ex presidente de Los Republicanos, y Alain Juppé, ex primer ministro.

Esta elección se produce en una coyuntura en la que el paisaje político francés atraviesa una etapa de recomposición desde la sorpresiva irrupción en el poder de Emmanuel Macron, el mandatario actual, que ascendió a la presidencia con un movimiento que creó solo, La República en Marcha (LREM), capaz de desestabilizar por completo a los grandes partidos de derecha e izquierda que se alternaban en el poder desde hacía muchos años.

El ascenso de Wauquiez está inexorablemente unido con los resultados de las elecciones primarias, que habían dejado en el camino a dos de las grandes figuras del conservadurismo nacional, Nicolas Sarkozy, ex presidente de Los Republicanos, y Alain Juppé, ex primer ministro. El candidato conservador que ganó unas primarias muy complicadas, François Fillon, perdería luego la elección principal del sistema político francés. Por tanto, las familias conservadoras iniciaron un proceso convulso sin sus líderes habituales. Una parte de la derecha tradicional se alió al Gobierno de Emmanuel Macron, que ofreció puestos de primera importancia a conservadores tradicionales, como Édouard Philippe (primer ministro) y Bruno Le Maire (ministro de Economía). Todos estos factores llevaron a la dirección de Los Republicanos (LR) a convocar unas elecciones internas, con el fin de elegir un nuevo presidente que cambiara la cara de la organización y la revitalizara.

Laurent Wauquiez fue la figura escogida, sin embargo no se le considera un político muy popular, tanto en el partido como entre los franceses. A pesar de haber recibido el apoyo de Sarkozy y de Fillon, no es un líder carismático. La celebración de 70 mítines por todo el país y el apoyo de los dos hombres más influyentes de la derecha, auguraban una victoria casi segura de Wauquiez. Pero por si acaso, el candidato rechazó entablar un debate con sus competidores. El 88% de los electores de su familia política le considera “competente”, pero todo lo demás es demoledor: un 47% le juzga “demagogo”; un 38%, “agresivo”, y un 31% opina que “imita al Frente Nacional”. Para el resto de los franceses, el líder de Los Republicanos es un líder mediocre: un 62% no le considera “cercano a la gente,” y un 60% cree que el cali­ficativo de “honesto” no le es aplicable.

El exministro Wauqiez, quién (casi todos coinciden) será el candidato de la derecha en las próximas elecciones presidenciales de 2022, aseguró el domingo por la noche que con él, la derecha está "de regreso". "Esta noche, es el inicio de una nueva era para la derecha", declaró el que pretende erigirse en defensor de la clase media y enfrentarse al "despilfarro del dinero público". Entre sus prioridades mencionó “el trabajo, la libertad, la comunicación, el respeto, la autoridad y el amor a Francia”, a la vez que se oponía a la “falta de firmeza ante el integrismo islamista” de Emmanuel Macron. El dirigente ha expresado su apego a la teoría del “gran reemplazamiento” según la cual la emigración está reemplazando demográficamente a la nación francesa por una desagradable mezcla étnica, lo que evidencia desde ya una postura intolerante contra la migración al país galo. Todo eso ha llevado a la dirigente del Frente Nacional, Marine Le Pen, a proponerle una alianza al nuevo líder, algo que este ha rechazado.

Wauquiez proviene de una familia de industriales de provincias, posee estudios de ciencias políticas y administración del Estado. Está casado con una administradora del Senado y padre de dos hijos. Comenzó siendo un discípulo del centrista Jacques Barrot y apadrinado por este, entraría más tarde en la órbita de François Fillon. A través de Fillon, Wauquiez se encontró con Nicolas Sarkozy, el más determinante de sus padrinos, quién lo nombró portavoz de uno de sus gobiernos. Luego lo nombró ministro delegado para asuntos económicos y para asuntos europeos, con posterioridad.