La Niña regresa, pero calmada
A la naturaleza la conforman varios procesos climatológicos, muchos de ellos perjudiciales para la humanidad. Uno de los más conocidos es el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur. El Niño, en su fase cálida y La Niña en su fase fría. Esta última comienza cuando existe un régimen de vientos alisios fuertes desde el oeste y las temperaturas ecuatoriales disminuyen.
Cuando esto sucede, los países del sur tienden a ser más perjudicados, por lo tanto, muchos de ellos ya han activado el sistema de alerta temprana ante el anuncio del regreso de ese fenómeno, de enero a marzo del 2018.
Específicamente Colombia ha tomado sus medidas des ya. Y para ello el director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Omar Franco, subrayó que primeramente el país tiene que entender ese tipo de fenómenos y prepararse de acuerdo a la Unidad de Gestión del Riesgo para ese evento. El país sudamericano ha estudiado el impacto de La Niña, el cuál, según expertos, este periodo será de características débiles. A pesar de ser catalogado de ese modo, Colombia, que ya tiene experiencias con el fenómeno natural, no piensa quedarse de brazos cruzados para esperar a que llegue La Niña, más cuando se sabe que los fenómenos naturales son muy improbables, y lo que puede ser pronosticado hoy, mañana cambia sin más ni menos. Por los tanto, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, advirtió que la nación debe prepararse, sobre todo en la región del Pacífico, aunque lo previsible es que La Niña llegue por un corto período.
Durante una visita al distrito portuario de Buenaventura, en el departamento Valle del Cauca, donde entregó obras de optimización de plantas de tratamiento de agua, explicó Santos que el fenómeno natural afectará a ese país durante los meses que usualmente llueve menos o no llueve.
Por su parte, expertos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, explicaron que el retorno del fenómeno climatológico está asociado al acoplamiento océanoatmosférico que se evidencia por un fortalecimiento de los vientos alisios del Este, en la cuenca del Océano Pacífico Tropical, sumado a la persistencia del enfriamiento de sus aguas.
Todos los países en riesgo de ser afectados por La Niña deben tomar medidas desde ya como lo está haciendo Colombia, país que en diciembre del 2010 sufrió la pérdida de unas 500 personas y alrededor de 114 hectáreas, como consecuencia de ese fenómeno natural.
