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viernes, 22 de diciembre de 2017

La realeza, en Senegal

Por RaizaM.

La Reina Letizia, monarca de España, llegó en días recientes a Senegal para conocer algunos de los proyectos de cooperación que España tiene en marcha en este país africano, en especial, en materia de defensa de los derechos de la mujer y de desarrollo económico y social. Su misión respalda un proyecto para erradicar la práctica de la mutilación genital femenina en zonas del sur de Senegal y Dakar. Este, forma parte de los programas de cooperación de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (Aecid), a los cuales se ha destinado 50 millones de euros durante el período 2014-2017.

El objetivo primordial es formar especialistas sanitarios que sensibilicen a las familias locales de los daños que causa la extirpación total o parcial del clítoris en las niñas y jóvenes de edades comprendidas entre pocos meses y 15 años. Además, ayudar a esas poblaciones a encontrar mecanismos de denuncia para este violento acto. En muchos de los países de África y en algunas regiones de América Latina este ritual cultural se aplica de manera mayoritaria a las jóvenes a pesar de los riegos que entraña. El mayor número de las veces, la mutilación genital se lleva a cabo de forma clandestina en pésimas condiciones higiénicas y además sin anestesia.

En el peor de los casos, el acto en sí puede traer desde trastornos psicológicos hasta la muerte de la víctima. También, y en consecuencia, en la mayoría de los casos emergen enfermedades por infecciones y hemorragias y secuelas como infertilidad y pérdida del placer sexual. En Senegal está prohibida la práctica desde 1999. Las operaciones se hacen de manera clandestina y, las autoridades del país revelan que cerca del 30 % de las mujeres la han sufrido desde edades muy tempranas. Este índice oscila entre el 80 y el 90 % en el área de Casamance.

Durante su presentación en esta última región, la Reina Letizia se refirió al asunto como escisión, ya que la palabra mutilación genera rechazo en la población local, según muestran las investigaciones de la Facultad de Medicina de la ciudad en cooperación con la Aecid. El programa no pretende terminar con la ceremonia cultural en sí misma; al tratarse de una práctica ancestral de raíz cultural, más que religiosa, lo que se pretende es que las familias puedan seguir organizando la ceremonia y el proceso de iniciación de la mujer, pero sin que culmine con el corte del clítoris.

Aunque la Constitución de Senegal rechaza la injusticia, las desigualdades y las discriminaciones hacia las mujeres, y prohíbe el matrimonio forzado, la violencia conyugal y la mutilación genital femenina, existe una continua vulneración de esos derechos.

Otros de los puntos a los cuales la Reina española prestará atención será a la expansión de la lengua española en Senegal, décimo país del mundo con mayor número de estudiantes de castellano. Según las fuentes oficiales, cerca del 70% lo aprenden a través del Aula Cervantes ubicada en la Universidad Cheikh Anta Diop, la principal del país.

Letizia también estará vinculada a los 84 cooperantes españoles de una veintena de ONGs que trabajan en territorio senegalés; todos los cuales desarrollan su tarea bajo el liderazgo del Gobierno del país africano, cuya prioridad se centra en el desarrollo rural agrícola por medio de pequeñas explotaciones familiares.

El objetivo es crear 110 granjas agroecológicas en la región de Casamance. Doña Letizia verá cómo cada una dispone de un pozo equipado con una bomba solar, un área dedicada a la producción hortícola, un estanque piscícola, un gallinero, un pequeño establo y un depósito de agua.

Senegal es un país prioritario para España en materia de ayuda humanitaria, especialmente después de la llamada crisis de los cayucos que tuvo lugar en 2006, cuando más de 35.000 inmigrantes irregulares partieron de sus costas para llegar a Canarias.

Se trata del segundo viaje de cooperación que doña Letizia lleva a cabo desde que es reina, después del que hizo a Honduras y Guatemala en mayo de 2015. Luego de nutrirse de aquella primera experiencia, doña Letizia tomó el testigo de la Reina Sofía, quien inauguró este formato de visitas en 1997 con el fin de dar visibilidad a los programas de ayuda humanitaria que España tiene en diferentes países.