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domingo, 3 de diciembre de 2017

La sombra de la corrupción acecha al primer ministro checo

Por Gladys

Andrej Babis, ganador de las elecciones en la República Checa del pasado octubre, será nombrado primer ministro el próximo 6 de diciembre pese a estar siendo investigado por fraude y pese a los problemas que está teniendo para encontrar socios para formar Gobierno, informó hoy la televisión pública CT24. Ese medio, que no cita a ninguna fuente, asegura que el presidente, Milos Zeman, planea también aceptar a mediados de diciembre a los ministros que Babis le proponga para formar un Gobierno monocolor en minoría, ya que hasta el momento no ha logrado el respaldo de ninguna de las otras ocho formaciones del Parlamento.

Babis y su populista Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO) ganaron las elecciones con el 29,64 % de los votos y 78 de los 200 diputados de la Cámara baja. La policía checa volvió a solicitar esta semana la retirada de la inmunidad parlamentaria a Babis, contra quien hay abierta una investigación por supuesto uso fraudulento de fondos europeos. Babis ya había sido cesado el pasado mayo como viceprimer ministro y responsable de Finanzas, y en septiembre perdió su inmunidad parlamentaria para ser investigado. Tras las elecciones y al ganar de nuevo un acta de diputado, recuperó su condición de aforado. Pero la policía tiene indicios de que Babis obtuvo ilegalmente dos millones de euros para construir la sede de una de sus empresas filiales, pese a que ese tipo de ayudas estaba reservada a pequeñas y medianas empresas.

El empresario Andrej Babis, líder y fundador del partido populista "Alianza de Ciudadanos Descontentos" (ANO), era el gran favorito para ganar las elecciones legislativas de esta semana en la República Checa, pese a que fue cesado en mayo como ministro de Finanzas por sospechas de fraude y evasión fiscal.

Babis, hijo de un diplomático checoslovaco, se vende como un hombre que ha luchado contra obstáculos y trabas burocráticas de sus socios en la coalición, pero se atribuye decisiones populares como subidas de pensiones durante su tiempo como ministro de Finanzas. En 2011, Babis creó su partido en un momento en el que varios escándalos de corrupción generaba un clima propicio para el surgimiento de un partido protesta en el país centroeuropeo. En sus primeras elecciones legislativas de 2013 logró el 18,7 % de los votos y entró en una coalición tripartita de Gobierno como viceprimer ministro y ministro de Finanzas.

Babis fue entre 1980 y 1989 militante del Partido Comunista de la entonces Checoslovaquia, lo que le permitió establecer una amplia red de comunicación con las élites checas tras el derrumbe del comunismo a fines de la década de los ochenta. Fue así como creó su imperio económico que lo ha convertido en el segundo hombre más rico del país, con una fortuna estimada de 4.000 millones de euros.

El empresario, nacido en Bratislava (Eslovaquia) en 1954, controla hoy un amplio conglomerado de empresas químicas, de alimentos y de comunicación. Algunos de sus críticos y partidarios lo comparan por su populismo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Babis es propietario del grupo agroindustrial Agrofert, uno de los más importantes del país, y tras adquirir en 2013 dos diarios nacionales, tres estaciones de televisión y dos emisores de radio, se ha ganado también el apodo de "Berlusconi checo", en referencia al ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi. Al frente de Finanzas Babis logró mejorar la recaudación fiscal al introducir un sistema electrónico que permite supervisar el cobro del IVA y compararlo con las ventas efectivas en comercios. En 2016 recibió por medidas de este tipo el premio de "Ministro del Año" para la región de economías europeas en desarrollo, que concede la revista especializada "Emerging Markets". Su programa electoral rechaza la adopción del euro, algo que muchos en su partido no comparten, aunque coincide con la opinión más bien euroescéptica de la opinión pública en general.

Lo más polémico del empresario, alegan sus críticos, son sus conflictos de intereses, ya que su negocio agroindustrial obtiene importantes subvenciones públicas en el sector de la bionafta. Babis es además investigado por presunto fraude por un subsidio de 2 millones de euros de fondos europeos, una acusación que podría significar una sanción penal. El político niega estas acusaciones y asegura que se trata de una maniobra política para acabar con su carrera pública. Además, sus oponentes lo acusan de haber usado en el pasado inspecciones de Hacienda, competencia del ministerio que dirigió durante cuatro años, para combatir a rivales empresariales. Andrej Babis, padre de cuatro hijos, está casado en segundas nupcias con Monika Babisova, una mujer 20 años más joven que él.