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lunes, 4 de diciembre de 2017

Las maldiciones siempre se rompen

Por Aliet Arzola

El “Cholo” Simeone, desde que se sentara en el banquillo del Atlético de Madrid, nunca había ganado en el Ciutat de Valencia ante el Levante, equipo modesto y generalmente ubicado de la mitad de la tabla hacia atrás. Pero las maldiciones no duran toda la vida, mucho menos cuando tienes la personalidad del técnico argentino y equipo de muchas estrellas por detrás.

Luego de mantener viva la llama de la Champions en medio de la semana, el Atleti también siguió en la carrera por La Liga al golear 5-0 a los granotas, que con sus lagunas defensivas allanaron el camino de Kevin Gameiro y Antoine Griezmann, hambrientos tras varias jornadas de muchas críticas. Los franceses ya habían sido protagonistas en la victoria sobre la Roma en Champions, por lo que Simeone volvió a entregarle los galones, y ambos respondieron con dura pegada. Gameiro fue crucial en los tres primeros goles, incluso el tanto en propia puerta de Robert para abrir el marcador. El ex del Sevilla condujo un balón en profundidad y centró a la perfección para Correa, pero el defensa del Levante despejó la pelota directo a sus redes.

El gol fue un aviso de todo lo que venía, porque corría solo el minuto minuto 4 y el planteamiento de Simeone inspiraba a la magia, con Koke, Saul, Correa, Griezmann y Gameiro de la mitad de la cancha hacia arriba, con Gabi cubriendo las espaldas y taponeando en la sala de máquinas. La propuesta lanzó al Atleti y Gameiro fue quien mejor lo aprovechó, primero al tomar un manso y deficiente despeje de la zaga valencianista, y luego con un remate en el cetro del área, donde quedó habilitado por un pase magnífico de Griezmann entre cuatro defensores. Con media hora por jugar, ya la tarea estaba hecha y solo quedaba engordar los números.

Gameiro prosiguió su festín con par de carreras largas que terminaron con el balón en las botas de su compatriota y máxima estrella de los colchoneros, el príncipe Antoine. En la primera, Kevin metió un centro que se paseó por toda el área sin que ningún zaguero del Levante pudiera despejarlo, directo a los pies de Griezmann, quien aprovechó el favor. Luego, un remate de Gameiro repelido por Oier terminó en los pies del otro diablo francés y subió el quinto al marcador. Para el Atleti fue un trámite mucho más simple de lo pensado, sobre todo por la ligereza de la última línea granota y la pobre eficacia ofensiva del rival, que prácticamente no incordió a la defensa rojiblanca, de nuevo con Thomas de lateral derecho.