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sábado, 9 de diciembre de 2017

Las prisiones que flotan

Por cuchita

A lo largo de la historia se ha utilizado varias formas de recluir a personas con cumplimiento de condena. Una de ellas es los buques prisión, que como su nombre lo indica, es una embarcación utilizada para la prisión temporal o condena general del individuo, según la intención para el que haya sido diseñado o acondicionado el naviero. Ha sido utilizado por diferentes naciones con el propósito de aliviar la sobrepoblación penal del país e incluso en la actualidad se pueden ver ejemplos de ellos como: el Vernon C. Bain Center que es el mayor buque penitenciario flotante del mundo.

Su empleo para estos fines se remonta a la antigüedad en la época romana y bizantina, cuando las civilizaciones que rodeaban el Mare Nostrum, actual Mediterráneo, contenían en sus reglamentaciones la casi mortal condena de remar forzosamente en una galera, práctica que se uso hasta inicios del siglo XXVIII. También hemos leído historias y leído escritos sobre los barcos negreros empleados en la importación de esclavos provenientes de África hacia las Américas, que eran auténticas cárceles flotantes, algunos de estas embaracaciones llegaron a transportar a más de 200 esclavos hacinados con grilletes en las manos y pies sin la alimentación adecuada y en espacios desprovistos de ventilación. Esta carencia de las más elementales condiciones higiénicas daba como resultado una tasa de mortalidad de hasta un 30 %.

En Europa hay navíos que han transportados condenados desde las ciudades hacía instalaciones penales que se encuentran ubicadas en zonas remotas de ultramar, se puede citar el penal español en la isla de Ceuta, el cual fue cerrado en 1912. La Gran Bretaña colonial empleó durante un tiempo Nueva Gales del Sur en Australia. Uno de estos centros penitenciarios más tristemente famoso fue la francesa Isla del Diablo que albergó en sus celdas a más de 80 000 reclusos entre los años 1852 y 1938, hasta su clausura después de la Segunda Guerra Mundial en 1946. Existen embarcaciones que han pasado a la historia por tener un solo cautivo, como el HMS Bellerophon, el cual mantuvo como prisionero de guerra durante el mes de julio del año 1815 al afamado Napoleón Bonaparte, donde finalmente el vencido emperador fue enviado a su exilio en Santa Elena, en el bajel HMS Northumberland.

El Reino Unido empleó durante todo el siglo XIX los prisson ship, como también se le llamó, en el marco de la Primera y Segunda Guerra Mundial extendiéndose hasta inicios de la década del 70. Uno de estos fue el HMP Weare utilizado por Irlanda del Norte como reclusorio y más recientemente, en 1997, se autorizó el HMP Weare (Her Majesty´s Prison), surto en el puerto británico de Portland, como medida adoptada por el gobierno para el alivio temporal a la superpoblación de las cárceles terrestres. Este buque realizó sus funciones hasta 2005 cuando fue cerrado por el alto costo de su mantenimiento.

Durante la Guerra Civil española de 1936 el estado utilizó correccionales flotantes como el vapor Cabo Carvoeiro y los cargueros España No. 3 y Río Sil. También la Alemania de Hitler reacondicionó un trasatlántico llamado: Cap Arcona el cual poseía un gran parentesco con el famoso Titanic, convirtiendo sus camarotes en celdas y encerrando en estas a prisioneros de guerra y civiles provenientes de los campos de concentración. Este barco fue fondeado en el puerto báltico de Lubeck el 3 de mayo de 1943 por la aviación británica, donde perdieron la vida cerca de 4 500 cautivos. En ese mismo puerto los nazis utilizaron como presidios el Athen, el Deuschtland y el Thielbeck, que igualmente fueron derribados por ataques aéreos, lo que elevó la cifra total de víctimas a casi 7.500 personas.

Durante la Guerra del Pacífico, la Armada Imperial Japonesa acondicionó las llamadas naves infernales o hell ships, para trasladar a los aliados de guerra hacia Corea, Japón y Taiwán. Estas naves deben su nombre a las temibles condiciones infrahumanas de vida a bordo, donde los presos morían de deshidratación o hambre. En la actualidad el Vernon C. Bain Center es el mayor establecimiento penitenciario flotante del mundo. La enorme patana no propulsada, de 190 metros de eslora por 30 de manga, fue construida en 1990 y dispone de 16 dormitorios y 100 celdas. Operada por el Departamento de Correccionales de Nueva York, es empleada para procesamiento de sancionados y centro de detención juvenil.