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miércoles, 13 de diciembre de 2017

Lo quiera o no el señor presidente

Por Matraquito91

La justicia norteamericana se opuso al veto del actual presidente Donald Trump que impedía la entrada de transgéneros al Ejército. Esto sucedió cuando un juez federal de Washington ordenara a las Fuerzas Armadas a aceptar, a partir del 1 de enero próximo, solicitudes de ingreso de personas trans en sus filas. 

En paralelo, el Pentágono anunció que cumplirá ese calendario y que los solicitantes deberán superar un exhaustivo número de requisitos, muy similares a los fijados por el Gobierno anterior. Dicha decisión fue tomada después de que el republicano acabara, hace unos meses, con la directiva del demócrata Obama de permitir a ese grupo social servir, abiertamente, en el Ejército.

En ese entonces, el actual presidente de Estados Unidos anunció que el Gobierno federal no aceptaba o permitía a personas transgénero servir en cualquier puesto o capacidad en el Ejército, algo que diversas organizaciones sociales demandaron, rápidamente, en los tribunales y dos jueces federales del distrito les dieron la razón.

De este modo el Pentágono anunciaría que esta comunidad si podrá servir en las filas del Ejército estadounidense y que se crearía un programa para llevar a cabo y costear la transición de género para los militares que lo solicitaran, culminando las medidas de Obama para acabar con las normas que propiciaban que los militares ocultaran su identidad sexual por miedo a ser castigados o vejados.

Con ello, los militares «solamente por ser individuos transgénero» ya no podían ser «involuntariamente separados, despedidos o que les negara el re-alistamiento o continuación de su servicio». De hecho, desde el 1 de octubre del 2016, los uniformados que lo desearan empezarían a poder recibir tratamiento médico para su reasignación de sexo. Y a partir de julio de este año, se aceptarían las peticiones de entrada al Ejército de personas transgéneros que llevaran al menos 18 meses con su nuevo género y que cumpliesen con los mismos requisitos físicos y mentales que el resto de los solicitantes.

Sin embargo, tras la llegada del actual mandatario a la Casa Blanca, todo esto se revirtió bajo el argumento de que los militares estadounidenses deben estar centrados en la victoria y no pueden cargar con los tremendos costes médicos y la alteración que los transgéneros suponen en el Ejército. Todo ello obviando el hecho de que se estima hay hasta 13.000 militares transgéneros en activo, lo que supone menos del 1 % del total, y esto no ocasionaría grandes pérdidas monetarias.

Además, dichos personas también merecen insertarse, plenamente, en la sociedad. De lo contrario se estarían violando sus derechos como ciudadanos y ciudadanas.