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lunes, 4 de diciembre de 2017

Los niños alemanes no pueden usar smartwatches

Por Diana Lorenzo

Una medida particularmente exigente ha dictado la Agencia Federal de Red en Alemania: se prohíbe terminantemente que los niños usen smartwatches. El órgano regulatorio de telecomunicaciones en la nación europea, ha limitado la producción y comercialización de este tipo de reloj pulsera digital por considerarlo un aparato espía que pone en peligro la seguridad del país.

Sucede que los alemanes temen que le sea dado un uso malicioso como "dispositivos espías". Así que tras la emisión del veredicto, la dependencia recomendó a las familias que destruyeran los relojes de este tipo que tuvieran en casa para evitar riesgos. 

Según confirmó el presidente de la dependencia de Alemania, Jochen Homann: "A través de una app, los padres pueden utilizar estos smartwatches para niños y escuchar el ambiente de los niños sin ser notados. Esta acción comenzará a ser considerada como un sistema no autorizado de transmisión". A ello añadió que según investigaciones recientes, estos dispositivos también han sido utilizados por algunos individuos para "escuchar a los profesores [de sus hijos] dentro de salones de clases".

Actualmente los smartwatches son un producto de moda, la oferta de estos relojes es muy amplia en el mercado europeo, incluso, muchos de ellos incluyen una función que permite escuchar de forma remota las conversaciones del dueño y su entorno. Según se explica en el comunicado de la Agencia para Internet, la mayoría de los teléfonos incluyen una tarjeta SIM, con llamadas restringidas de serie, pero que pueden ser controladas por una aplicación. Dicha app, cuyo dibujo es un monitor, cuenta con una función con la que se puede acceder a su micrófono desde ubicaciones remotas, permitiendo al usuario llamar con el reloj a cualquier número sin que el pequeño se percate de ello.

Sobre el peligro y lo imprudente de fabricar objetos inteligentes para el uso de los niños Ken Munro, experto de seguridad digital en la compañía Pen Test Partners lamentó ante la BBC la "sorprendente falta de regulaciones en el 'internet de las cosas', lo cual permite a manufactureros descuidados vender [a niños] productos inteligentes peligrosamente inseguros". Elogió a su vez el control estricto a tecnologías como los smartwatches, de modo que puedan detener este tipo de prácticas irresponsables en Alemania.