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jueves, 21 de diciembre de 2017

No se rompe, se repara

Por Matraquito91

Le sucede hasta al más precavido de los mortales: en algún momento, distraídos o no, el celular se nos escapa de las manos y termina en el suelo con la pantalla rota. Además, para sumarle más dramatismo, reemplazarla suele ser bien costoso, eso sí tienes la suerte de que el teléfono siga con vida, o si prefieres quedarte con la pantalla hecha un lío. Ahora, si eres de esos que no pueden ir por la vida hecho añicos, un equipo de investigadores japoneses parece haber encontrado una solución a tu problema. No mas pantallas rotas, no mas gastos por descuido.

Dichos inventores, liderados por el profesor Takuzo Aida de la Universidad de Tokio, en Japón, crearon un nuevo tipo de cristal que posee la capacidad de repararse a sí mismo. Su vidrio tiene el potencial de ser utilizado para la pantalla del móvil y otros dispositivos frágiles, y está compuesto en base a un polímero liviano que recompone sus propias roturas cuando se lo presiona con las manos. Además, dicho material, a diferencia de otros creados anteriormente que «cicatrizan» solos, no necesita temperaturas de 120º C para reorganizar su estructura, sino que se repara, de forma simple, presionando, manualmente, durante unos 30 segundos y a una temperatura de 21º C.

No obstante, se trata de un descubrimiento accidental (como casi todos los buenos inventos) que fue realizado cuando el estudiante de posgrado japonés Yu Yanagisawa, trabajando en la producción de un pegamento especial. Entonces, y sin querer, Yanagisawa cortó la superficie del polímero, pero casi no tuvo tiempo de lamentarse por el incidente, al percatarse de que los bordes de la superficie rota se volvían a pegar entre sí, como por arte de magia. No en balde el joven repitió el proceso para verificar lo que acababa de descubrir y notó que, además, el cristal recuperaba su firmeza original en un par de horas, algo aún más extraordinario. Y es que el nuevo polímero, según detallan los investigadores en el estudio publicado por la revista Science, es «muy robusto desde el punto de vista mecánico a la vez que puede repararse, rápidamente, aplicando presión en las superficies fracturadas». 

Solo resta esperar que el nuevo vidrio que se repara a sí mismo sea un material amigable a la hora de interactuar con el medioambiente, y que no haga falta tirarlo cuando se rompa. Aunque el solo hecho de saber que era un objeto que se reparaba a si mismo nos lo hará pensar dos veces antes de deshacernos de él.