Paternidad y amistad, dos términos distantes
¿Eres padre o madre?, en fin ¿son padres? El cuidar, el criar, el enseñar a un hijo a vivir es una de las tareas más difíciles y para las cuáles no existe escuela alguna. Durante años se han creado libros sobre cómo criar a tus hijos, lo que debes hacer etc., lo cierto es que la vida cotidiana indica que en la practica la realidad sobre educar a un hijo es más compleja de lo que creemos. Muchos padres consideran que la conexión con sus hijos como si fuera una amistad es la mejor forma de cuidarlos y entenderlos, esto no es precisamente lo que en realidad correcto.
Ser padre en estos tiempos es posiblemente el trabajo más difícil que se pueda encontrar y no precisamente el mejor pagado. La responsabilidad de ser padre no implica únicamente lo material que es lo que muchos suelen creer, el hecho de cubrirle al hijo las necesidades materiales tales como la comida, la ropa y lo zapatos, pago de la escuela, salud etc., no dice que tan buen padre seas. Si es cierto que están son necesidades vitales para todo ser humano hay otras que también forman parte esencial en la crianza de una criatura que acaba de llegar al mundo y que necesita aprender también otros valores. Es aquí cuando las necesidades afectivas son también parte esencial de la vida de los seres humanos y que también forma parte de la responsabilidad de los padres.
Los padres tienen como principal función la educación de sus hijos, su formación y su preparación como personas para la vida. Los padres tienen el deber de enséñales a su hijos de trasmitirle lo que saben y hacerlos entender. Sin embargo existen muchos padres impositivos, autoritarios y que no dejan ser, no les permiten a sus hijos la oportunidad de crear su propia personalidad.
También existen padres que pretenden convertirse en los mejores amigos de sus hijos y aunque usted no lo crea esto es uno de los mayores errores que comenten los padres con sus hijos, evidenciado y dicho por especialistas del tema. Los padres en ocasiones pretenden ser amigos de sus hijos y tener esa complicidad a la que conlleva la amistad. Es en este punto donde pueden pasar varias cosas que no son siempre las mejores: la primera es que la confianza llega a veces a tal punto que el rol de padre se pierde, porque el amigo es incondicional y no te juzga siempre de la forma más crítica posible, los amigos casi siempre se parecen más uno de lo que imaginamos y en fondo te entienden más que tú mismo. En este punto el padre más que ser amigo tiene que ser guía dotado de experiencia y bienestar y no pura aceptación, los padres tienen como obligación también decir que no. En segundo lugar los padres son de tiempos diferentes, y los jóvenes se parecen más a su tiempo que a sus padres y por mucho que ellos quieran y muy reflexivo y modernos que sean los padres hay cosas que no tienen concebido en su mente como algo vivido y de ahí que san difícil ponerse en la posición del hijo. El rol de amigo es una relación interpersonal demasiado fuerte que los padres simplemente por contexto nunca van a llegar al punto de comprensión que la amistad comprende, entre personas del mismo tiempo. En tercer lugar la amistad entre padres e hijos puede conllevar a la falta de respeto, ya que la amistad es un proceso de iguales, y como expresé la relación de un padre con su hijo no debe de ser de imposición pero si de corrección.
Lo anterior no descarta en ningún caso las relaciones positivas y la buena comunicación entre padres hijos. No quita que sean relaciones cordiales y donde la confianza sea un punto a favor que permita al hijo ser capaz de contarle a su padre determinada situación en la que pueda necesitar su ayuda. Los roles de los padres al no ser de amigos, no los despojan de responsabilidad y de hacerse presentes para sus hijos. Los padres tienen que crear estrategias para que sus hijos sepan que pueden contar con ellos cuando los necesiten. Los padres deben dejar a sus hijos ser, brindarle su apoyo y darle herramientas para que haga su vida, aun sabiendo que muchas no la van utilizar. Los padres tienen que tener bien claro que sus hijos no tienen por qué ser igual que ellos, ni incluso una versión mejorada. Los padres tienen una función de padres y no de amigos.
