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lunes, 4 de diciembre de 2017

Prohibido pasar si tienes sida

Por Julio Zambra

Son muchos los preparativos que tenemos que hacer antes de iniciar un viaje. Y más aún si no se trata de unas vacaciones, sino que proyectamos establecernos en otro país de manera más o menos estable. Pero a estos nervios habituales y trámites previos, las personas con VIH deben sumar otras preocupaciones. Puede ser simplemente por el temor a que sus medicamentos antirretrovirales en la maleta levanten sospechas en la aduana y tengan que dar explicaciones incómodas. O, en los peores casos, porque están viajando a países que aún imponen restricciones a la entrada o permanencia de extranjeros que viven con el virus que causa el sida.

En 2011, los estados miembros de Naciones Unidas acordaron eliminar todas las barreras basadas en el estado serológico de los viajeros. Sin embargo, aún hay treinta y cinco países en el planeta donde existen restricciones, más o menos severas, basadas en el supuesto riesgo para la salud pública de la población local que supondría el recibir a personas con el virus. Según el Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), son cinco los territorios que mantienen las restricciones más severas en el mundo: Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Omán, Sudán y Brunéi. En estos casos, sus autoridades prohíben la entrada de cualquier persona extranjera que tenga VIH y requieren un examen médico o declaración para optar a cualquier tipo de visa (incluida la de turista para los visitantes que la necesitan, en función de su país de origen).

Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo, permite la libre permanencia de uno a tres meses a los viajeros con pasaporte de alguno de los 45 países a quienes considera exentos de requerimientos de visa. A los habitantes del resto de países les exige que estén "medicamente sanos" como criterio para otorgar un permiso de entrada. Tener VIH supone no recibir ese certificado de aptitud médica. Las restricciones son aún mayores para quienes quieran optar por un permiso de residencia o trabajo en estos cinco países, a quienes se les obliga a someterse a una prueba específica de VIH independientemente de su lugar de origen. Si el resultado es positivo, estas personas se enfrentan a una más que probable deportación.

ONUSIDA denuncia además que en ocasiones estas normas se aplican de manera "variable y arbitraria". "Hay ejemplos de países que conceden exenciones analizando caso por caso, por ejemplo para promover la reunificación familiar, permitir el acceso a asilo o por necesidades del mercado de trabajo", le dijo a BBC Mundo la Asesora Especial de Derechos Humanos y Género de ONUSIDA, Luisa Cabal. "Aunque estas exenciones pueden abrir oportunidades que de otra manera serían denegadas, estos procedimientos son discriminatorios, no protegen la salud pública y añaden trámites burocráticos y complicaciones al procedimiento de solicitud de visa". Según la experta de Naciones Unidas, la aplicación de estas normas solo contribuye a "mantener familias separadas, destruir perspectivas profesionales y de vida y aumentar el estigma".

En un segundo grupo de países con restricciones de menor intensidad, la entrada a portadores del virus del sida es libre para estancias cortas, pero se les exige demostrar que no tienen VIH si desean prolongar su estadía. De acuerdo a las estadísticas de ONUSIDA, en este grupo se incluyen a Irak (cuando se desea estar en el país por más de 10 días) y a Egipto, Qatar o las caribeñas islas Turcas y Caicos (para más de un mes). En estos territorios, se requiere un resultado negativo en pruebas de VIH realizadas solo en laboratorios autorizados por los gobiernos a las personas extranjeras que deseen quedarse para estudiar o trabajar. Si el test resulta positivo, el permiso de residencia o trabajo les será denegado y la persona será expulsada en la mayoría de los casos.

En el tercer grupo de países con restricciones clasificado por ONUSIDA están los países que pueden llevar a cabo la deportación de ciudadanos extranjeros cuando se descubre que viven con VIH. Además de los previamente citados, se encuentran en este grupo Rusia, Arabia Saudita, Corea del Norte, Siria, Singapur, Malasia, Kuwait, Jordania y Bahréin.

Por último, ONUSIDA enmarca otros 17 países en un cuarto grupo por mantener "algún tipo de restricción" a la permanencia de personas extranjeras con VIH. Estas limitaciones, que son las de categoría más leve de las evaluadas por el programa de Naciones Unidas, se encuentran en ocasiones en pequeños resquicios de leyes migratorias que podrían llegar a interpretarse como contrarias a la permanencia de personas con VIH, pese a que esto no esté reflejado de manera explícita. En este apartado están territorios como Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Belice, Turkmenistán -entre otros- o cuatro países de América Latina: República Dominicana, Nicaragua, Paraguay y Cuba.