Shohei Otani, un samurai para Los Ángeles
Ser bautizado como "el Babe Ruth de Japón" son palabras mayores, y así llaman a Shohei Otani. El joven de 23 años de edad es un prodigio dentro del diamante. Lanza como el mejor; batea como el mejor. Otani es un Dios en el terreno; es el Messi, o el Cristiano del béisbol actual; es Bolt, Federer, Marc Márquez, Lebron.
Las franquicias de las Grandes Ligas de Estados Unidos se frotaron las manos cuando conocieron que el japonés había determinado dar el gran salto que supone cambiar de aires y abandonar su país. Después no poocas conversaciones, Los Angelinos de Los Ángeles hicieron oficial la llegada del lanzador/bateador.
No hablamos de cualquier jugador. No. Hablamos de un fenómeno que suelta la pelota a más de 100 millas por hora y la conecta a más de 450 pies desde el home plate. Incluso, Los Angelinos ya determinaron que el extraclase será utilizado como bateador designado y lanzador. Su simple contratación ya se tradujo en cambios significativos en las casa de apuestas. De cara a la temporada del 2018, los pagos del sitio Westgate de Las Vegas pasaron de 50-1 a 30-1 para ganar la próxima Serie Mundial.
Durante sus cinco años en la Liga Profesional de Béisbol de su país –la segunda más competitiva del planeta que habitamos-, vistiendo de los Nippon Ham Fighters, tuvo balance de 42 victorias y apenas 15 derrotas, con 2.52 de promedio de efectividad y 624 ponches en 543 innings. Además, promedió madero en mano .286, con 48 vuelacercas y la cifra nada despreciable de 166 impulsadas.
Antes del sí de Otani a Los Ángeles, otras ocho selecciones se interesaron en sus servicios. Los Rangers de Texas, los Marineros de Seattle, los Cachorros de Chicago, los Dodgers de Los Ángeles y los Padres de San Diego fueron los que más dinero colocaron en las mesas para la firma del internacional. Además, con cierta premura, el jugador desechó las posibilidades que le brindaban equipos históricos como los Yankees de Nueva York y los Medias Rojas de Boston.
Pletórico de ilusiones, Otani jugará con el número 17 y buscará hacer historia y emular a Ichiro Suzuki, un coterráneo suyo que ha brillado en la Gran Carpa en los últimos 15 años. ¿Podrá cumplir sus sueños? Ya lo sabremos, paciencia.
