Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

domingo, 3 de diciembre de 2017

Sociedades casi humanas a cargo de las ballenas y los delfines

Por Diana Santos

La ciencia ha confirmado que la cultura humana tiene sus similares, no es privativa de la especie. Vivir en grupos, mantener relaciones complejas y hablar entre sí, incluso en dialectos, son comportamientos presentes también entre las ballenas, los delfines y las marsopas, según revela un estudio publicado en Nature Ecology & Evolution.

La hipótesis parte de los postulados del “cerebro social” (SBH, en inglés) y el “cerebro cultural” (CBH), dos teorías evolutivas que explican por qué los mamíferos terrestres y los primates tienen cerebros grandes. Según las teorías, el mayor tamaño del cerebro es una respuesta biológica a entornos sociales complejos y ricos en información. A su vez, corroboraron que "estas características sociales y culturales están relacionadas con el tamaño del cerebro y su expansión", fenómeno conocido en la teoría evolutiva como el coeficiente de "encefalización".Algunos de los comportamientos con similitud increíble a los humanos es el modo en que cuidan de crías no propias y juegan entre ellos con el fin de socializar y hacerse amigos entre sí. Además de ello, según explican los científicos, trabajan para el beneficio mutuo; de generación en generación transfieren técnicas de caza, los mecanismos y trucos propios de cada grupo, al tiempo que cazan de forma cooperativa.

En el área del lenguaje y la comunicación entre sí, se ha demostrado que las ballenas y delfines hablan entre ellos, convocalizaciones complejas, de hecho, se ha demostrado que tienen dialectos grupales por regiones. Emiten silbidos propios de cada individuo, tipo un sistema de reconocimiento por nombre; y han aprehendido como práctica colaborar con otras especies, entre ellas los humanos."Sabemos que las ballenas y los delfines también tienen cerebros excepcionalmente grandes y anatómicamente sofisticados y, gracias a eso, han podido crear culturas similares en el mar", explica Susanne Shultz, bióloga de la evolución en la Escuela de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la Universidad de Manchester.Sin embargo, y pese a lo increíble de su especie, estos cetáceos nunca llegarán a formar las grandes metrópolis y las tecnologías humanas, y la primera causa es que "no desarrollaron pulgares oponibles".La interrogante para muchos ahora es: ¿podrán llegar a ese punto, acaso la evolución les llevará en algunos siglos a competir incluso con las capacidades humanas?