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martes, 9 de enero de 2018

El asesinato encubierto de la política pakistaní

Por Miss GD

Benzair Bhutto fue dos veces primera ministra de su país, entre 1988 y 1990 y de 1993 a 1996. Una mujer que daba otra cara a la tan tradicional política árabe, que se mostraba como un contraste refrescante a la masculina élite política pakistaní. No obstante, tras su segunda caída del poder, se se vio relacionada con actos de corrupción y mal gobierno.

Por ello la política abandonó Pakistán en el año 1999, pero volvió en octubre de 2007 después de que el entonces presidente Musharraf le otorgara a ella y a otros políticos una amnistía por los cargos de corrupción. En sus planes se incluía participar en una elección convocada por Musharraf para enero de 2008, sin embargo, la procesión de bienvenida que le hicieron fue bombardeada por supuestos militantes y aunque ella sobrevivió al ataque - que terminó con la vida de alrededor de 150 personas - fue asesinada dos meses después.

Luego de su muerte, muchas personas señalaron al viudo de Bhutto, Asif Zardari, como autor del plan de asesinato, debido a que este, desde que asumió la presidencia tras su muerte, fue una de las personas que más se benefició. No obstante, no se ha presentado evidencia que indique que Asif Zardari estuvo involucrado en la muerte de su esposa de manera alguna. De hecho, él niega las acusaciones y dice que quienes lo acusan deberían callarse.

Pero Asif Zardari enfrenta otra acusación, pues aunque llegó a obtener la presidencia, ha fallado a la hora de investigar y aclarar el asesinato de su esposa. Y es que estudios oficiales vinculados a la investigación demostraron que las indagaciones policiales fueron escasas, tanto, que todo parece indicar que las autoridades no staban interesadas en encontrar a otros culpables que los conspiradores vinculados directamente al asesinato de la líder que ya habían sido descubiertos.

Y es que tiempo antes de su muerte, hubo otro intento, pero sin éxito, contra la vida de Bhutto el 18 de octubre de 2007, en el que suicidas con bombas atacaron su convoy y mataron a más de 150 personas. Este quedó para la historia como uno de los ataques más mortíferos organizados por yihadistas en Pakistán. Dichos atacantes nunca fueron identificados.

El jefe de la investigación por la muerte de Bhutto, Saud Mirza, indicó que uno de los hombres implicados y supuestamente, criminales, tenía rasgos físicos distintivos de una comunidad antigua en la ciudad de Karachi, poseedora de descendencia africana. Pero esta pista significativa sobre la identidad de los sospechosos no fue revelada al público.

El expresidente Zardari, no obstante, refiere que en ese momento alentó la participación de Scotland Yard, la policía metropolitana de Londrespara seguir el caso del asesinato de su esposa y que también aseguró el nombramiento de una comisión de investigación de la ONU para el estudio exhaustivo de las circunstancias de su muerte.

Pero dicha comisión fue bloqueada no solo por los militares sino por los ministros de Zardari, según las declaraciones de Heraldo Muñoz, quien dirigía el comité de la ONU y explicó que algunos de los obstáculos que enfrentaron a la hora de investigar provenían tanto de los políticos como de miembros del ejército. Y a la par de que la investigación progresaba, la sede clandestina en la que se reunía la comisión, fue clausurada, además de retirado el personal antiterrorista que protegía al equipo.

Debido a todo el encubrimiento, las únicas personas condenadas por el asesinato de Benazir Bhutto actualmente son dos agentes de la policía que ordenaron que se limpiara la escena del crimen en Rawalpindi y de hecho, los paquistaníes consideran que esas sentencias son injustas, pues indican que la policía nunca hubiese hecho eso si el ejército no lo hubiera pedido.